Puede ser que el bajón de temperaturas de ayer restase afluencia a la XVI Concentración Veteranas de Deza, pero los ocho motoclubs y las 90 personas asistentes dejaron claro que esta cita está más que consolidada en el calendario. Las motos arrancaron a media mañana de la rúa Cartaxena, en Silleda, para hacer frente a un recorrido de 82 kilómetros en los que se incluyeron Siador, Vilatuxe, Gresande, Prado, O Corpiño, Bodaño y Ponte Ledesma. Tras una parada en esta zona fronteriza con A Coruña para reponer fuerzas disfrutar de la belleza y armonía del área recreativa de las Insuas de Gres, los moteros continuaron viaje por Bascuas, Merza -inevitable un pequeño paro en A Carixa-, Brea y de nuevo O Corpiño, para disfrutar de una comida en el restaurante Alto da Pena.

A lo largo de la tarde, la organización que preside Iñaki Asorey (desde hace seis años) entregó diversos premios, consistentes en productos que cedieron las empresas colaboradoras: Queixos Hoxe; Carnicería Cuíña; Autos Cuíña; Parrillada Rabasa; Bar Toxa; Bodegón Trujillo; Frigoríficos A Bandeira; Nudesa; Silvet Productos Veterinarios y Piensos Avega. Así pues, Ramón Lojo recibió un detalle por ser el dueño de la moto más antigua, una Indian Scout de 1927, una joya que aún funciona y que, con matrícula de A Coruña, podía considerarse por aquel entonces una rareza en tierras gallegas.

Veteranas de Deza también quiso agradecer la participación, tras varios años sin poder hacer el recorrido, del fundador del club, Benito Mejuto. Ayer disfrutó del viaje subido a una Vespa. Entre los galardonados tampoco podían faltar las cuatro mujeres pilotos (la presencia femenina va incrementándose poco a poco), y el copiloto más joven, un niño de 13 años. En cuanto al piloto más veterano, el premio llevó el nombre de Antonio Crespo, nacido en el año 1942 (tiene 76) y que acudió en una Ural con sidecar. Los vecinos de las aldeas por las que transcurrió el recorrido tuvieron la ocasión de contemplar otras marcas como Bultaco, Derby o Montesas. Todas ellas guardan sobre sí kilómetros, pero también las vivencias de quienes viajaron y viajan a sus lomos.