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Aldea Viva le saca los colores a la antigua mina de Touro

Denuncia mañana la contaminación de las aguas de dos ríos más

Mapa en el que se localizan los manantiales de los ríos Felisa, Portapego y Pucheiras, próximos a la antigua balsa de decantación.

El colectivo Aldea Viva presentará mañana en la Consellería de Medio Ambiente un documento mediante el que denuncia la contaminación de dos ríos más debido a la eliminación de la balsa de decantación de las antiguas labores mineras. En ese canal perimetral que sí funcionó mientras se explotó la antigua mina de cobre (hasta 1986) iban a parar aguas residuales de la separación del mineral que, por un sistema de bombeo, se volvían a subir a las balsas. Pero Aldea Viva indica que, tras la compra de los terrenos por parte de Explotaciones Gallegas, Exga, durante los años 90, se vació ese canal perimetral, que además se ubicaba en la zona de nacimiento de cuatro ríos: el Felisa (que desemboca en el Pucheiras, éste en el Brandelos y éste en el Ulla), el Portapego (que vierte en el Lañas, y éste también en el Ulla), el Ameneiro Lamas (nace 600 metros arriba del Portapego) y Angumil (vierte en el Ameneiro Lamas).

En los dos últimos se aprecian arrastres de materiales que tiñen el agua de amarillo o de blanco desde 2012, cuando se dio acceso al parque empresarial y las obras dejaron la laguna de Angumil por debajo de los terrenos, de modo que cuando llueve se producen escorrentías. En cuanto a la balsa de decantación, Aldea Viva contabiliza hasta 15 obras inauguradas en esta zona una vez que dejó de existir ésta como tal. Sobre esta 1,5 hectáreas se inauguraron el campo de fútbol en 1994 (después pasaría a ser un basurero y posteriormente, en 1998, una piscina, con un parque infantil anexo); el edificio de Protección Civil en el año 2000; las pistas de futbito y de tenis en 2001; un galpón para guardar tractores en 2002, que pasaría a ser la cimentación de la Casa da Cultura en 2003; la residencia de la tercera edad en 2002; la Praza de Luar en 2003; el servicio de alcantarillado, que al final tumbó la Xunta, en 2004; un invernadero en 2005; el parque biosaludable en 2012; el edificio de interpretación del río Ulla en 2013; el Punto de Atención Infantil en 2016 y, también en ese año, la Casa da Cultura. Aldea Viva tiene constancia, incluso de que sobre la antigua balsa de lodos en la que al final se construyó el parque empresarial había un acuerdo para construir chalets pareados. Esta vorágine urbanística en poco más de 20 años ha dotado de servicios a Touro, es cierto, pero a cambio de un tremendo coste a nivel medioambiental que queda en evidencia con un simple paseo por los ríos cercanos, cuyas aguas discurren entre pequeñas montañas de lodos que se acumulan en los fondos del cauce.

Hablando de lodos, tanto este colectivo como la Plataforma Mina Touro-O Pino Non denuncian la presencia de montañas, pero ya sobre tierra firme, en la que se acumulan lodos de depuradora sin tratar, En la antigua mina trabaja Tratamientos Ecológicos del Noroeste, TEN SL; que mezcla estos residuos con astilla para producir tecnosoles o abonos que después sirve para fertilizar los campos. Pero la cantidad de material que entra en la mina es de tal envergadura que, incluso a menos de un kilómetro del recuperado humedal de Bama, se han creado montañas de estos escombros entre los que es fácil ver hasta cáscaras de mejillones. No resultan fáciles de encontrar, pero sí se diferencian de las cortas de la antigua mina, ya que éstas se realizaron en bancadas y presentan colores típicos de la presencia de aluminio o hierro. La de lodos, sin embargo, es de un tono grisáceo y que cede fácilmente al pisar sobre ella. A Touro llegaron incluso carteles de proyectos de la costa financiados con dinero europeo.

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