En los últimos años el aumento de tráfico en la AP-53 ha ido de la mano de una subida de precios que, si bien en los últimos dos se ha amortiguado, todavía coloca a la conexión entre Santiago de Compostela y Deza como una infraestructura prohibitiva no solo para los usuarios habituales. La autopista marcó el año pasado un récord histórico de desplazamientos, al promediar 6.560 vehículos al día, y salvo sorpresa el presente ejercicio va camino de volver a alcanzar unos resultados muy favorables para la concesionaria.
El Ministerio de Fomento -propietario de la vía de alta capacidad gestionada por Autopista Central Gallega (Acega)- acaba de divulgar los datos relativos al primer trimestre de 2018 y en estos se constata un alza constante de tráfico. Si la intensidad media diaria de enero fue de 5.744 vehículos, en segundo mes del año subió hasta los 6.166 y en marzo la cifra de viajes diarios se situó en un promedio de 6.305. En consecuencia podemos hablar que la AP-53 obtuvo una media de 6.071 viajes en el primer trimestre del presente año, una cifra que nunca había logrado en los tres primeros meses desde su apertura, en 2003, si bien durante el primer año solo estuvo operativo el tramo entre Compostela y Silleda. En ninguno de estos 16 trimestres el promedio de desplazamientos diarios había sido superior a los 6.000 y el balance más próximo se dio precisamente en 2017, con una media de 5.825 entre enero y marzo; es decir, 246 vehículos menos. Si observamos los índices de circulación de este primer trimestre y los comparamos con los de doce meses atrás el crecimiento de tráfico es de un 4,2%. Si dejamos a un lado el primer trimestre de 2003, con una autopista que se detenía en la capital trasdezana y todavía no estaba abierto el tramo hasta el Alto de Santo Domingo (Dozón), con un promedio de 3.224 vehículos, ya con la autopista completa, la media de los primeros tres meses de 2004 había sido de 3.999 coches; es decir, 2.700 menos de los que la utilizan ahora. El dato es muy relevante, máxime si se tiene en cuenta que hace ahora 14 años se abría al tráfico el trazado íntegro entre Santiago y Dozón, que entonces costaba 4,35 euros para los turismos. El mismo desplazamiento en la actualidad cuesta al usuario 5,90; es decir, más de un euro y medio de incremento para un trayecto de 41 kilómetros si tomamos la salida del parque empresarial Lalín 2000, la más próxima, y el mismo importe si continuamos hasta Dozón, una vez que el trayecto entre la capital dezana y Santo Domingo -14 kilómetros- se paga independientemente de que se utilice o no.
Habrá que aguardar a los meses de verano, época de máxima ocupación de la vía, para comprobar la evolución anual, pero todo apunta a que el 2018 la AP-53 se colocará, por tercer año consecutivo, en cifras de récord de desplazamientos.
