Participar en una competición de este tipo es mucho más que entrenamiento y alimentación adecuada. El mundo del culturismo en general exige una preparación especial para subirse a un escenario. Carbia destacó este trabajo previo y en especial el aprendizaje del "arte de posar". La estradense asistió a una primera clase de posado en la que recibió asesoramiento por parte de una chica que forma parte de los jurados. Recientemente, se puso en manos de Raquel Arranz, pareja del culturista dezano Carlos Blanco, lo que le permitió tener diferentes puntos de vista y aprender de dos personas con una larga experiencia en este mundo. "Parece algo fácil pero no lo es", explicó la culturista estradense, quien señaló que un posado es casi tan duro como un entrenamiento. "Terminas con dolores de espalda y de gemelos", añadió en el mismo sentido al tiempo que valoró todo lo aprendido en estas sesiones.