El alcalde de A Estrada, José López Campos, salió esta mañana al paso de la exigencia de explicaciones realizada por la líder de Movemento Veciñal Estradense (Móvete), Mar Blanco, en relación con el destino de la piedra del antiguo chalé de los Campos, recientemente demolido por empuje en los terrenos expropiados para ampliar los jardines municipales. A diferencia de lo que afirmaba Blanco, que indicaba que se había “comprobado que los antiguos propietarios no la recibieron”, el regidor local reiteró -como ya había avanzado en el pleno del pasado jueves- que le consta que un representante de la familia en cuestión se llevó parte de esa piedra después de que el propio munícipe pusiese en contacto a la familia -para la que la piedra tenía un cierto valor sentimental- con la empresa que derribó el chalé. Solo un tercio de la edificación era piedra. Y la firma que lo demolió -ante el interés de la familia por obtener esa piedra- dejó claro que no podía sacarla pieza a pieza porque ello retrasaría y encarecería la obra demasiado. No obstante, le dijo a la familia que se podía llevar la piedra que quisiera. Y así ocurrió.

Pero, afirmó el munícipe, eso no tiene nada que ver con el Concello. Este está al margen de ello porque, tras la licitación de las obras de demolición de las edificaciones y de acondicionamiento de los terrenos de ampliación de la alameda, los residuos resultantes de esos trabajos pasaron a ser de la empresa adjudicataria de las obras. De hecho, apuntó López, ese es el motivo de que el procedimiento contemplase un presupuesto de 60.000 euros para efectuar los trabajos y finalmente estos fuesen licitados por solo 38.000.

Esa rebaja en el precio, señaló, está directamente relacionada con la “gestión de residuos”. En unos casos, estos le ocasionan un “coste” a la empresa adjudicataria -porque hay que llevarlos a una planta de gestión de residuos, como ocurre con el amianto, el ladrillo o el hormigón, por ejemplo- y, en otros casos, tienen un “valor” porque pueden ser reciclados. Este es el caso, por ejemplo, de la teja y de la piedra.

Mientras que Móvete afirmaba que la piedra tenía cierto valor económico y que los vecinos tenían derecho a saber adónde iba a parar, el alcalde aconsejó a Mar Blanco “conocer las cosas” antes de “hablar” , preocupándose de conocer el proyecto de demolición que tiene a su entera disposición -como le corresponde hacer a un concejal para seguir de cerca la gestión municipal- en vez de hacer política a golpe de “redes sociales”. En ese sentido, indicó que cuando los técnicos municipales valoraron los materiales de la demolición, trataron la piedra como un residuo. De hecho, al ser demolida la casa por empuje, la piedra salió “muy deteriorada”. Ahora está “acopiada en una finca. Esa es la realidad. Se acabó”, dijo López, considerando que “si alguno sigue determinados hilos de Facebook y de la oposición se va a encontrar con un 99%” de coincidencias.

En cambio, afirmó el regidor local, él no está tan pendiente de las redes sociales, aunque admite su importancia. “Lo que me importa a mí”, afirmó López, “es el proyecto de remodelación de los jardines, que vamos a recibir este mes y va a cambiar la fisonomía urbana de A Estrada”.