Quince años de prisión solicita la Fiscalía Provincial de Pontevedra para un dezano acusado de un delito de agresiones sexuales continuadas al hijo de su mujer cuando éste era menor de edad. El juicio oral se celebrará el próximo jueves, día 12 de abril, en la Audiencia Provincial Sección Número 2 de Pontevedra. El hombre ya había sido condenado en el año 2008 por un delito de malos tratos y otro de maltrato habitual hacia su hijastro, a raíz de una denuncia interpuesta en 2005, que dio lugar a que el niño abandonara el domicilio familiar e ingresara en un centro de acogida.

El procesado, que cuenta con "antecedentes penales no computables a efectos de reincidencia" -tal como recoge el escrito de acusación-, convivió en el domicilio familiar, situado en el partido judicial de Lalín, con su mujer y con el hijo menor de ésta, a quien reconoció y dio sus apellidos. Desde que cumplió 4 años hasta los 13, en que abandonó la casa familiar para ingresar en un hogar de acogida, el procesado, según el fiscal "guiado por el ánimo de satisfacer sus deseos lúbricos, empezó a someterlo a una serie de prácticas sexuales a las que el menor no podía negarse debido a su corta edad y al temor que sentía respecto de su padrastro".

Además, el hombre sometió también a malos tratos de carácter físico de tal entidad que fue condenado por ello en la sentencia firme de conformidad dictada por el Juzgado de lo Penal nº 2 de Pontevedra, el día 16 de abril de 2008. Por la comisión de un delito de malos tratos y de un delito de maltrato habitual en el ámbito de la violencia doméstica se le impusieron entonces las penas de 24 meses de prisión, 3 años de privación de la patria potestad, así como las penas de privación del derecho a la tenencia y porte de armas, y las prohibiciones de aproximación y comunicación con el menor. Esta sentencia fue la culminación de la denuncia interpuesta en 2005, que dio lugar a que el chico abandonara el domicilio familiar ese año, a la edad de 13, para ingresar en un centro de acogida; posteriormente, comenzó a vivir con un familiar en régimen de acogimiento.

Durante la comisión de las actividades anteriormente descritas por el ministerio público, el procesado "atemorizaba, insultaba y maltrataba a su hijastro, produciendo en el mismo un temor tan absoluto que impedía que el mismo pudiera negarse o rebelarse, o incluso contarlo a algún familiar o persona de su confianza", tal como se recoge en el escrito de la Fiscalía de Pontevedra. De ahí que la víctima tardase diez años desde que concluyeron los abusos que ahora se juzgan y por los que todavía arrastra secuelas psicológicas en interponer la denuncia.

Diez años después

El día 25 de abril de 2015, la víctima, acudió a la comisaría de la ciudad en la que residía e interpuso denuncia contra su padrastro por los hechos referidos. La causa fue remitida al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 2 de Lalín (Pontevedra). Posteriormente, el 17 de noviembre de 2016, ante un juzgado de instrucción del lugar en donde vivía, el joven ratificó su denuncia y solicitó letrado y procurador de oficio para ejercer la acusación particular contra su padrastro.

El día 14 de julio de 2016, una médico y una psicóloga forenses presentaron un informe relativo al denunciante en el que determinaron que el relato de hechos ofrecido por el mismo era "creíble" y que a raíz de los abusos padecidos presentaba "secuelas psicológicas consistentes en sintomatología ansiosa reactiva, de características postraumáticas, compatible con una reacción vivencial coherente con los hechos denunciados, requiriendo soporte psicoterapéutico especializado".