Por tercer año, Silleda convoca una línea de ayudas a las fiestas con las que se quiere difundir el patrimonio cultural del municipio y que, del algún modo, nacieron al amparo de la campaña de empadronamiento que, por cierto, consiguió frenar el año pasado la sangría demográfica. En la edición de este ejercicio se rebaja la puntuación por contratar grupos locales, para que tengan más acceso las fiestas de menos envergadura. Desde la oposición, el PP argumentó que este concurso "está hecho a medida del gobierno para darle las ayudas a quien le apetece", en palabras de su portavoz, Ignacio Maril que, por cierto, declinó el ofrecimiento de Manuel Cuíña de presidir el tribunal e insistió en que en estos jurados no participen políticos ni cargos de confianza. Da Torre recordó, una vez más que siguen sin reunirse ni el Consello Municipal de Turismo ni el Económico e Social, pese a que se aprobaron en pleno y figura en el Regulamento de Participación Cidadá. Este consello de Turismo serviría, por ejemplo, para difundir la creación en gallego no solo musical.