Aunque luego el edil del gobierno Francisco Vilariño accedió a retirar la propuesta del pleno y traerla para el siguiente, en principio se había negado a apartar del pleno una moción en la que se pretendía trasladar a la Xunta el rechazo de la corporación a que la estación del tren de Botos pueda albergar una terminal de carga de concentrado de cobre procedente de las minas de Touro. El portavoz del PP, José Crespo, negó la urgencia de una moción que, dijo, su grupo estaría dispuesto a apoyar cuando obtuviese toda la documentación, dudando incluso del interés real de la empresa por las vías férreas de Botos. Vilariño mostró que en el proyecto así está meridianamente claro y expuso que además del impacto del proyecto de megaminería en el municipio coruñés, la circulación de camiones entre Touro y Botos estimaba un flujo de una entrada y salida de unos 4.000 recorridos de ida y vuelta de vehículos al año. "Nuestra responsabilidad es ir contra ese veneno", exclamó Vilariño, recordando el acuerdo unánime de diciembre en pleno contra la reapertura de la mina de Touro. Cruz optó por no posicionarse hasta no contar con información suficiente. El BNG destapó esta semana el interés de la empresa por contar con la estación de Botos para su proceso industrial y llevó este asunto al Parlamento de Galicia.