El matadero comarcal de A Estrada dejó de funcionar en julio de 2015. La liquidación de la empresa concesionaria desembocó en el cierre de la instalación y, por consiguiente, dejó sin servicio a los carniceros de la zona. Transcurridos más de dos años, todo apunta a que la actividad para la que fueron concebidas no regresará a estas dependencia de titularidad municipal. El alcalde estradense, José López, reconoció ayer que el gobierno no contempla su reapertura. Descartó que el Concello vaya a realizar "una inversión millonaria" para unas "infraestructuras deficitarias".

"Ya sabíamos que la situación iba a ser complicada", manifestó López, después de que el BNG denunciase el saqueo del que está siendo objeto el matadero. Apuntó el primer edil que la Policía Local suele frecuentar la zona pero asumió que "no hay forma de controlar lo que pueden hacer los amigos de lo ajeno". Apuntó que los agentes municipales realizarán un "control más exhaustivo" de las instalaciones, si bien apuntó que los elementos de mayor valor en el interior de estas instalaciones ya fueron retirados en su momento por la empresa concesionaria, que entró en concurso de acreedores.

Para reflotar estas instalaciones como matadero el Concello tendría que asumir la compra de elementos tan importantes para la actividad como la propia maquinaria o las cámaras frigoríficas, elementos que eran propiedad de la empresa que se encargaba de la gestión de este servicio.

"Es una infraestructura que no tiene muchas posibilidades de reflotarla", apuntó el mandatario, que reconoció que en a corto plazo no existe un proyecto para estas instalaciones, aunque no dejó de apuntar que el gobierno tendrá que buscar alguna alternativa. "No vamos a invertir en algo que no tiene muchos recorrido", quiso dejar también claro el dirigente.

En un primer momento el Concello de A Estrada intentó que la situación del matadero municipal pudiese reconducirse en pocos meses. El trámite pasaba por comunicarle a la empresa la rescisión del contrato por incumplimiento de las condiciones acordadas para el período de 50 años todavía vigente, efectuando seguidamente un contrato menor "de emergencia" para restablecer el servicio a la menor brevedad posible y licitar una nueva concesión. Sin embargo, la cuestión se fue complicando. El Concello contactó con empresas del sector y no halló a nadie interesado en gestionar las instalaciones de A Estrada, asumiendo para ello las obras de mejora del recinto que se podrían contemplar en un pliego de este tipo. Reconoce el gobierno que la puesta a punto de esta infraestructura requeriría una inversión considerable.