Un pleno con aparente escaso alcance se convirtió en una sesión que deparó varias sorpresas. A la petición de Crespo de zanjar la comisión de investigación sobre su gestión y el envío de las conclusiones a la Fiscalía se sumó otro episodio que sorprendió a los pocos concejales que quedaban en el pleno cuando la sesión ya había rematado. El alcalde, Rafael Cuíña, se levantó de la presidencia y se dirigió a la zona que ocupa el concejal no adscrito, Juan José Cruz, para entablar una breve conversación que remató con un apretón de manos entre ambos. La maniobra llamó la atención a algunos de los compañeros del gobierno de Cuíña, que minutos antes había intercambiado unas palabras conciliadoras con el que fue su compañero de partido y de ejecutivo hasta que a finales de julio de 2016 abandonó el gobierno para pasarse al grupo de los no adscritos y convertirse en un azote contra el cuatripartito y el propio Cuíña y en aliado del PP en muchos asuntos contra el ejecutivo.

Desde la presidencia del pleno, Rafael Cuíña dijo a Cruz que estaba dispuesto a tener una conversación con él. Este cruce de impresiones se produjo después de que Cruz le pidiese que "estudiase con cariño" su propuesta para ampliar el auditorio de Moimenta. "Que no sirvan nuestros rifirrafes personales y políticos...", dijo el no adscrito, interrumpido por el alcalde con la declaración: "Nuestros rifirrafes desde luego provocados por mí no son. En lo personal no tengo nada contra ti, a pesar de insultos contra mi familia... Tengo mucho contra lo que hiciste en lo político y yo con quien cumplo no es contigo, es con Moimenta". Este apretón, 622 días después, sorprende, máxime cuando Cuíña tiene denunciado a Cruz por injurias tras supuestas acusaciones de contratos por amiguismo.