El alcalde de Lalín, Rafael Cuíña, anunció ayer que se remitirá a la Consellería de Medio Ambiente el expediente municipal, con los informes técnicos incluidos en el mismo, sobre el proyecto de Racso. El objetivo de esta decisión es que la Xunta tenga la oportunidad de analizar "de manera más exhaustiva" toda la documentación con la que cuenta el Concello y con estos datos "garantice de manera inequívoca que esta iniciativa cumple de manera escrupulosa con la normativa ambiental". Recuerda que a día de hoy el proyecto cuenta con todos los informes favorables "incluidos los elaborados por los técnicos municipales", pero sostiene que el gobierno local será absolutamente garantista respecto a este asunto. "Queremos que la Xunta, como administración competente en la materia, despeje cualquier dudas sobre los posibles efectos que pueda tener esta actividad industrial sobre el medio ambiente". Cree que la Xunta no permitiría la instalación en Lalín "de una hipotética bomba de relojería" y por eso pide a Medio Ambiente que valore si el proyecto debería someterse a una evaluación de impacto ambiental ordinaria y no simplificada. Menciona que el Concello ya pidió un informe técnico ampliado sobre el proyecto para conocer hasta el "más mínimo detalle y de manera más exhaustiva cualquier afección sobre el medio ambiente" o que hubo gestiones con la Facultade de Ciencias Ambientais de la Universidade de Vigo.

También alude a que tras la preocupación social suscitada, se están realizando más consultas sobre esta industria más de las que requiere la ley y que no se tramitará la licencia si no existe un "absoluto rigor ambiental". "El gobierno no está centrado en que la industria cree más o menos empleo, sino en ofrecer el máximo rigor e información a los vecinos sobre este proyecto", dice, y recuerda que además de las reuniones o visitas a plantas, el expediente de Racso puede ser consultado en el consistorio.