Las máquinas llegaron a primera hora de la mañana de ayer a los terrenos que permitirán ampliar la alameda municipal de A Estrada hasta la calle Castelao. Alrededor de las 09.00 horas comenzaron los trabajos para derribar las edificaciones existentes en estos predios. Por paradójico que resulte, la demolición coloca la primera piedra para la creación de la nueva alameda estradense, comenzando a hacer efectiva la expansión del 'pulmón' del casco urbano.

Las demoliciones comenzaron por el elemento de mayor impacto visual en este céntrico emplazamiento. Se trata de una vieja estructura de hormigón situada a escasa distancia del antiguo chalé que también será derribado. A primera hora de la tarde de esta edificación solo quedaban ya los escombros.

Como estaba previsto, la firma adjudicataria de las obras, la empresa Fimasi -desbroces Beluso-, efectúa los trabajos encomendados con retroexcavadora con martillo neumático, propiciando una demolición por empuje.

Los derribos programados afectan también al antiguo chalé pegado al límite de los actuales jardines municipales y a dos casas con frente a las Rúa Iryda. A mayores, se tirarán varias construcciones anexas, caso de alpendres y antiguos establos. Estos podrían ser los últimos en ser derruidos, teniendo en cuenta que su cubierta de uralita requiere, ante la presencia de amianto, de una autorización específica para la retirada y depósito de este residuo. El alcalde estradense, José López Campos, explicó ayer que la empresa tiene ya hechas todas las gestiones pertinentes y que aguarda recibir de manera inmediata luz verde para la evacuación de este material.

Una vez se hayan completado las demoliciones llegará el momento de acondicionar los terrenos para que, llegado el momento, puedan comenzar las obras de reforma de toda la alameda municipal, actuación que engloba todo el área comprendida entre la Praza da Constitución, los actuales jardines y su zona de expansión hasta la calle Castelao. En este sentido, López reconoció que el acondicionamiento de la superficie sobre la que ahora se centran los trabajos estará muy condicionada por la rasante, en la medida en que entre la Praza da Constitución y la calle Castelao existe un desnivel de más de dos metros y se pretende que el nuevo parque tenga una rasante única.

Por otro lado, técnicos municipales se personaron en la mañana de ayer en la zona -según indicó el propio alcalde- para marcar los árboles que tienen "cierto valor" y que se desea conservar. Otros fueron ya retirados en la tarde de ayer. José López apuntó que el proyecto para la nueva alameda contempla asimismo, junto con la recuperación de parte del arbolado existente, la colocación de nuevos árboles.

Como estaba previsto, el cierre perimetral existente en la zona de ampliación de la alameda se conservó, como medida de seguridad, con el inicio de la demoliciones y se espera que se mantenga así incluso cuando arranquen los trabajos de creación del nuevo parque. Dado que ese perímetro quedará abierto con la demolición de sendas casas en la calle Iryda y de otra en el límite con los jardines, la administración local proyecta establecer un vallado provisional en esos tres puntos.

Antes de iniciar, ayer, el derribo de estas edificaciones el personal de la empresa adjudicataria dedicó esfuerzos a la retirada de todos los enseres que los anteriores propietarios habían dejado en el interior de las construcciones. Procedieron al desmontaje de las puertas de las casas afectadas, empaquetando libros, revistas y periódicos viejos acumulados en el interior, así como a retirar electrodomésticos, piezas de mobiliario o vajilla, por ejemplo. La retirada de todo este material se efectuó en aras de un óptimo tratamiento de los residuos, seleccionando aquellos que son susceptibles de reciclar al objeto de darle el tratamiento correspondiente.

El Concello apostó por asumir con fondos propios los trabajos previos a la obra de construcción de la nueva alameda municipal. Aunque inicialmente se estimó que las demoliciones y acondicionamiento de los terrenos supondrían una inversión de 60.000 euros, finalmente la actuación fue adjudicada en 38.000 euros, estableciéndose un plazo de ejecución de un mes.

Con estos trabajos previos la idea es conferirles a los terrenos adquiridos para ampliar la alameda la imagen de una única parcela, que pase a sumarse en la práctica a los alrededor de 6.000 metros que cifran la superficie de los que hasta ahora han sido los jardines municipales estradenses.

El derribo de estas edificaciones arranca tres meses después de que el Concello incorporase estos terrenos al patrimonio público de A Estrada por la vía de la expropiación, proceso emprendido en marzo de 2015. Por estos 4.600 metros cuadrados la administración local pagó 1,7 millones de euros.