Llegó a Lalín el pasado mes de octubre para hacerse cargo de la Casa da Xuventude o Espazo Xove de Lalín, su denominación oficial. El vetusto edificio sito en la calle Penatoares acoge y organiza una serie de actividades orientadas a los más jóvenes del municipio lalinense, un ente que Mercedes Mourenza Fernández espera poder revitalizar de ahora en adelante.
-¿Cómo se encontró a su llegada la Casa da Xuventude de Lalín?
-La verdad es que la parte más positiva de la Casa da Xuventude de Lalín es que por aquí vienen muchos jóvenes habitualmente, pero quizás necesitaba un poco de dinamización, a mi modo de ver. Creo que hace falta más movimiento y más actividades de cara a los jóvenes de Lalín. En eso estoy, pero sólo llevo aquí desde el mes de octubre. Se trata de un proceso al que hay que darle tiempo, que tiene como positivo que estamos hablando de un referente. Por aquí vienen muchos padres y madres que ya estuvieron en la Casa da Xuventude de Lalín realizando distintas actividades. Eso es algo que ayuda mucho porque es gente que ya conoce el funcionamiento del centro.
-A propósito de dinamizar, ¿y un arreglo a las instalaciones?
-Es inevitable que este tipo de edificios se queden pequeños con el paso del tiempo, pero es normal. Además, como venimos de una época algo complicada a nivel económico, se priorizó en otros campos, y no tanto en lo que pueda ser la estética de estos inmuebles. De todas formas, no está tan mal como puede parecer desde el exterior, pero sí, no le vendría mal un arreglo.
-¿Los jóvenes de Lalín suelen hacer un uso correcto de la que tendría que ser su "otra casa"? ¿No resulta complicado intentar ofrecerles algo atractivo en un mundo tan mediatizado por lo digital?
-Habitualmente sí. Hay bastantes jóvenes que vienen aquí, mandan correos o llaman por teléfono para tener información sobre los asuntos que les interesan. Y sí que es complicado ofrecerles algo distinto a lo que se encuentran en el mundo virtual, pero como te digo aquí, en Lalín, hay un cierto hábito de pasar por la Casa da Xuventude, sobre todo para utilizar los juegos y demás. Es cierto que es complicado, pero en Lalín, y supongo que desde siempre, utilizan este espacio como algo suyo. Vienen aquí, te piden juegos, las palas e incluso tenemos un aula con ordenadores, que suele estar bastante frecuentada, eso sí, más por chicos que por chicas, algo muy curioso.
-¿Y eso a qué se debe?
-Dependiendo de las actividades, ya sabes si va a haber más chicos que chicas o a la inversa. Supongo que es un poco por la educación segregada y la socialización diferencial. De ahí lo de la brecha digital y demás, que aquí se puede ver claramente. Los que utilizan mayoritariamente las nuevas tecnologías son los chicos. Las chicas incluso son las que habitualmente piden más salas, el gimnasio para bailar o lugares para estudiar.
-Por su experiencia, ¿todos los jóvenes se comportan de manera similar debido a la globalización ?
-Yo creo que comportamientos diferenciales. Yo trabajé en la ciudad de Lugo, y el comportamiento es distinto al que te encuentras aquí, en Lalín. Los chavales del rural no necesitan que les des unas pautas para saber comportarse. Es decir, son jóvenes muy educados y cuando a lo mejor meten la pata o se equivocan, es muy fácil acercarse a ellos y de que lo entiendan. Fue una de las cosas que más me sorprendió cuando llegué a Lalín, que los jóvenes fueran tan educados y que supieran comportarse tan bien. En la juventud urbana hay más grupos "marginales", que no son tan asequibles y muy difícil conseguir que se vayan ajustando a las normas establecidas.
-¿Cómo le gustaría el Espazo Xove de Lalín bajo su mandato?
-A mi lo que más me gustaría es que realmente en la Casa da Xuventude de Lalín hubiese siempre movimiento de chicos y chicas, y que incluso fueran ellos mismos los que propusieran determinadas actividades. De hecho, eso es algo que ya estamos intentando hacer porque desde la dirección xeral hay un programa denominado "Correspondentes xuvenís", y aquí tenemos ya correspondentes xuvenís en el IES Laxeiro, pero también en la propia Casa da Xuventude de Lalín. Contamos con cuatro jóvenes que son un poco los que por medio de ellos intentamos divulgar las distintas actividades que organizamos desde el centro, e incluso buscar aquellas actividades que puedan resultar más interesantes para la juventud lalinense. Se trata de motivarlos con iniciativas interesantes.
-¿La juventud lalinense se muestra participativa y animada a la hora de poder asociarse?
-Yo creo que son más de grupos informales. Me refiere que prefieren formar pandillas porque cuando vienen aquí suelen hacerlo así, en grupos pequeños o pandillas de amigos. No es nada raro porque es algo muy típico en la adolescencia. El componente asociativo todavía no lo tienen desarrollado porque incluso hablando con algunos de ellos, a los que se les ve que tienen bastantes intereses en determinadas actividades, les sugerí la idea de formar una asociación para centrarse en lo que son sus verdaderas inquietudes, pero comprobé que no les gustaba tanto la idea. Es algo que los encorseta mucho, y te lo reconocen cuando hablas de ello. Insisto en que es algo normal en estas edades. La mayoría de los que vienen por aquí son jóvenes de hasta 20 años, y por eso no es nada raro que les parezca extraño promover ningún tipo de asociación.
