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Los descuentos pueden aplicarse a lo largo del año desde julio de 2012

El comercio cierra una campaña de invierno "malísima" y con rebajas ya en la de primavera

El sector detecta un cambio en los gustos del cliente, que prefiere recortar el gasto en ropa para invertir en ocio

Descuentos en calzado de invierno en una zapatería de la Praza da Igrexa. // Bernabé/Javier Lalín

"La autorización para realizar rebajas al margen de las semanas posteriores a Navidad y en verano solo logró tirar al traste el pequeño comercio". Son palabras de Karen Fernández Lamela, una de las vocales de comercio de la AED, que no duda en calificar de "malísima" la campara de invierno. Las bajas temperaturas y las continuas borrascas desde diciembre, que invitaban a abrigarse, poco o nada hicieron para que los dezanos decidiesen invertir en las rebajas "que, en realidad, no existan, ya que hay descuentos todo el año", recalca Fernández.

Desde la recién oficializada asociación D Tendas Lalín su tesorera, Inés Fariñas, afirma que el cierre de la temporada de invierno "fue regular, las rebajas no llegan a funcionar porque muchos clientes aún las relacionan con gangas" o artículos de inferior calidad, y eso a pesar de que en muchos comercios desde finales de diciembre o enero se colgaron tentadores carteles con un 30% de deducciones.

La invernía se ha prolongado hasta finales de marzo, y de ahí que la ropa típica de aquellas fechas, por la escasa respuesta de los clientes, esté compartiendo espacio desde hace varias semanas con las colecciones de primavera-verano, que tampoco gozan de gran repercusión gracias precisamente a las bajas temperaturas. Pero los negocios "tienen toda la mercancía en la tienda", explica Fernández Lamela, y de ahí que en algunos comercios, como explica esta comerciante, también puedan verse descuentos del 20% pero ya en la ropa de la nueva temporada. "O incluso ofertas de tres prendas al precio de dos, que no es otra cosa que un descuento del 33%", explica. En esta cuestión, es importante distinguir entre los comercios multimarca y las tiendas de franquicia, ya que éstas "dentro de una misma campaña tienen tres colecciones, de modo que aplican descuentos a cada una de esas tandas", aclara Fariñas, consciente de que esto también puede confundir a los clientes y trasladar "una idea errónea sobre las rebajas".

En cualquier caso, esta libertad en el sector no va a traer otra cosa que "una competencia atroz que siempre va a beneficiar al cliente pero nunca al pequeño comercio", que acabará estando obligado a vender prendas cada vez más baratas, de modo que se reducirá su beneficio. Se trata, como explica la vocal de Comercio de la AED, de adaptarse a los gustos del cliente: "vemos que la gente está desmotivada y que cambiaron los gustos de las personas, porque ahora en vez de gastar en ropa, se recorta ese desembolso para disponer así de más dinero para salir a cenar o realizar otras actividades de ocio". El público, sobre todo el más joven, también opta por prendas de precios más competitivos, aunque su calidad y duración vaya a ser inferior.

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