Año 1917. El filántropo vigués Fernando Conde establece en A Estrada las Colonias Escolares para que niños de Vigo "desheredados de la fortuna", según recogió Olimpio Arca Caldas en su libro Callejero histórico de la villa de A Estrada, pudiesen disfrutar de las vacaciones de verano con el beneficioso clima que ofrecía esta zona de media altura.

Recuerda la obra de Arca Caldas que eran aquellos los tiempos en que la tuberculosis hacía estragos y en que los médicos, a modo de prevención, recomendaban una atmósfera rica en oxígeno. Fue también la época en que A Estrada se granjeó su fama de "villa arista", con numerosas familias de fuera que pasaban aquí el estío y que hicieron florecer el arrendamiento de casas de la villa o la demanda de plazas en la hostelería.

"El establecimiento de las citadas Colonias Escolares supuso un gran impulso propagandístico a favor de A Estrada como lugar idóneo para luchar contra el terrible bacilo de Koch", recogió el autor. En reconocimiento a esta labor, en enero de 1920 el ayuntamiento acuerda declarar hijo adoptivo a Fernando Conde. Se creyó entonces de justicia dedicarle una calle a este vigués y la elegida fue la antiguamente conocida como carretera de Silleda, flanqueada en su día por hileras de árboles.