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Bienes patrimoniales en peligro y Una plataforma digital aboga por su conservación

Fragmentos de la historia devorados por el abandono

Patrimonio Galego incluye en su lista roja una decena de bienes de Deza-Tabeirós en estado ruinoso -La Xunta solo ha intervenido en dos de ellos

Círculo de Castrotión - En la web de Patrimonio Galego se describe como un monumento megalítico, del que se conservan 12 piedras que quizá fueron reubicadas. Antaño, rodeaban una capilla que se destruyó a principios del siglo pasado y que se conocía como de Nuestra Señora de Quiñóns o de Castro, quizá porque en las inmediaciones pudo haber un asentamiento castrexo. Está en una propiedad pública.

"Lo mejor que la naturaleza ha dado al hombre es la brevedad de su vida". Esta frase del escritor Plinio el Viejo ilustra hasta qué punto el patrimonio arquitectónico y los avatares de la historia, obra humana, corren siempre el riesgo de quedar ocultos por el patrimonio natural, para el que nunca existirá fecha de caducidad.

El monasterio de Carboeiro, el Pazo de Liñares o los Pendellos de Agolada son tres ejemplos de cómo, gracias a una intervención económica, se pueden recuperar del olvido bienes patrimoniales, sean públicos o privados. Los tres tienen en común su catalogación como Bien de Interés Cultural (BIC) y, también, que el rumbo de la historia los sumió en un desuso del que estuvieron a punto de no salir. Pero lograron hacerlo: Carboeiro pasó por un estado ruinoso desde mediados del siglo XIX (cuando, con la desamortización de Mendizábal, pasó a manos privadas) hasta 1974. Desde entonces se realizaron numerosas actuaciones que permitieron convertirlo visitable desde el año 2006, y ahora la Consellería de Cultura está ya a punto de licitar su plan director. Cuenta, incluso, con una aplicación móvil y puede ser escenario tanto de bodas civiles como de vídeos de Enrique Iglesias. El Pazo de Liñares volvió a entrar en la historia lalinense gracias a un intenso trabajo del PP local durante sus etapas al frente del Concello, primero con su compra a Rafael Latorre en 2002, y después, con la rehabilitación que arrancó en 2011 y que se consiguió financiar con 3,1 millones del Ministerio de Fomento y la Consellería de Cultura. La casona puede visitarse desde septiembre de 2014. En cuanto a los Pendellos de Agolada, la recuperación de los casi 80 inmuebles del antiguo recinto ferial fue materializándose desde 2009 y tras casi 40 años de abandono, en una actuación conjunta entre la Diputación y la Consellería de Cultura. El recinto alberga dos muestras de artesanía y alguna que otra exposición, pero es difícil que vuelva a convertirse en el mercadillo para el que se construyó en el siglo XVIII.

Son solo tres ejemplos de cómo se puede frenar el avance imparable de la naturaleza sobre el abandono del hombre. Pero hay más casos, seguramente. La lista de BIC de Galicia cuenta, a día de hoy, con más de medio centenar de inmuebles, monumentos y zonas arqueológicas asentados en tierras de Deza y Tabeirós-Montes. En principio, cuando un bien patrimonial pasa a ser BIC, en su catalogación pueden figurar las directrices a seguir de cara a posteriores intervenciones para su conservación. Sin embargo, e igual que ocurrió con Carboeiro (se declaró BIC en 1931 y las obras comenzaron 40 años después), hay casos como la Torre de Guimarei, en A Estrada, que no es una obra prioritaria para el municipio, como afirmó semanas atrás el alcalde. Este conjunto arquitectónico tiene el triste honor de figurar, por su grave deterioro, en dos listas rojas, al igual que la iglesia de Santa Baia de Palio (en la que sí se realizaron actuaciones en los últimos meses) y el Pazo de Bergazos, en Lalín. Hablamos del listado de la web Hispania Nostra, y del que elabora la plataforma Patrimonio Galego. Este sitio web se puso en marcha hace casi siete años de la mano del periodista y divulgador Manuel Gago, con la intención de que todos los gallegos pudiesen participar en la elaboración de un catálogo social organizado en comarcas y concellos, pero también en función del tipo del bien patrimonial. Así, puede conocerse "cuál es el estado real de nuestro patrimonio", a la vez que trascienden más allá del ámbito local las agresiones o el deterioro que padecen estos bienes, como se indica en la propia web.

Un mapa permite navegar por ese listado rojo de Patrimonio Galego, que en el caso de Deza y Tabeirós-Montes cuenta con otros siete nombre, además de los tres ya mencionados: el círculo lítico de Castrotión, en localidad del mismo nombre en Oca (A Estrada); la rectoral de Rellas (en Silleda); la Torre de Fafián (en Rodeiro) y, ya en Lalín, el asentamiento de Outeiro Grande (en Abonxo, Bermés); la Mámoa da Cruz (en Alperiz, Parada); el cruceiro de esta misma parroquia de Parada y la Mámoa das Tecedeiras, en Castro de Cabras.

Cada semana, las propuestas que envían los ciudadanos para esa lista roja pasa la criba de los editores de la plataforma, que evalúan tanto la información que aporta el interesado como la documentación que existe sobre el bien a revisar. La idea es elaborar un informe anual sobre los bienes que corren mayor peligro. Algunos de los de la zona, como el círculo lítico de Castrotión, que bien puede recordar a Stonehenge en miniatura, lleva en este listado cuatro años.

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