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Buñuelos, huesos de santo y pastel decorado ad hoc

Un celebración de Difuntos sin dulces no es lo mismo. La pastelería sigue manteniendo un lugar especial en este evento anual donde los huesos de santo, los buñuelos, los panallets y, cada vez más, los pasteles decorados no pueden faltar en una mesa que se precie con la llegada del primero de noviembre. En la pastelería Navaza de Lalín ya no tenían ayer ni un solo dulce típico de estas fechas después de que su clientela se pertrechara para la ocasión a base de huesos de santo y panallets, a los que su dueña, la popular Charo, tiene gran cariño "porque yo me crié en Cataluña, donde este tipo de dulces se hacen muy bien y son apreciados por todo el mundo". De todas formas, Charo reconoció que sus clientes "se gastan más en flores que en pasteles, todo lo contrario a lo que suele pasar en las ciudades". La propietaria de una de las pastelerías más emblemáticas de la comarca destaca que se compran más pasteles que dulces típicos de Difuntos desde hace tiempo, "sobre todo por la costumbre". Mientras tanto, crece el número de artesanos que apuestan por adornar sus productos con la llegada de esta celebración. Así, ayer se podían ver en los mostradores de la pastelería Dulces Encantados de Lalín varias galletas y pasteles ornamentados por el Samaín-Halloween. Galletas con forma de calabaza, esqueletos, momias o el murciélago de Batman compartían espacio con "terroríficos" chupa-chups decorados con un ojo desafiante, delicioso para todos los públicos.

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