El 24 de septiembre de 1967 abría sus puertas en Silleda el colegio María Inmaculada, tres años después de que se pusiese en marcha la Fundación María Seoane Colmeiro y con la meta de facilitar el acceso a la enseñanza de los niños con menos recursos y, también, de alfabetizar a los adultos que en su momento no pudieron acudir a una enseñanza reglada. Hoy, 50 años después, este centro goza de la calificación de plurilingüe y está entre los de mejor reputación a nivel gallego. Ayer comenzaron los actos de celebración de esas bodas de oro, con un programa para alumnos y profesores -al ser lunes, resultaba muy complicada la asistencia de los progenitores-.

Las actividades comenzaron a las 11.00 horas, con una eucaristía en la iglesia parroquial presidida por el obispo Alfonso Carrasco Rouco. A su término, y ya en el salón parroquial, tuvo lugar el pregón a cargo del vicario general Mario Vázquez Carballo, junto a quien se sentaron en la mesa el obispo; el presidente de la fundación y párroco de Silleda, José Pérez Barreiro; la exdirectora y monja Mª Carmen Piñeiro; el actual director, Manuel Constenla; y la concejala de Educación de Silleda, Pilar Peón, que relevó al alcalde, que, finalmente, no pudo acudir por motivos personales.

El vicario hizo un completo repaso de cómo fueron los inicios de este centro educativo, que surgió en un ambiente de necesidad de apoyo para las personas con menos recursos. Destacó, también, su influencia en el ámbito educativo así como en la labor cristiana, ya que desde siempre pone en marcha diversas actividades en colaboración con la parroquia, como todas aquellas que tienen que ver con la educación en valores. Vázquez Carballo sabe bien de lo que habla, puesto que antes de ocupar la vicaría de la diócesis se encargó de las áreas de Xuventude y de Ensino.

La jornada matutina se cerró con una actuación del grupo tradicional Aires do Trasdeza en la Praza da Igrexa. Ya por la tarde, se organizaron diversas actividades para los chavales, según su edad. Estaba prevista también una fiesta de la espuma y, antes de la clausura, la actuación del mago Rafa, promovida por la ANPA Meniños do Inmaculada. La jornada se cerró con una suelta de globos.

Tal y como señalan tanto desde la dirección del centro como desde la presidencia de la Fundación María S. Colmeiro, a lo largo del año habrá más actividades de corte cultural, deportivo y musical. Se realizarán cada mes o cada dos meses. Algunas de estas propuestas, como mesas culturales, estarán abiertas a la asistencia de todos los vecinos. Ya a finales de curso se organizará una gran fiesta de clausura que contará no solo con toda la comunidad educativa, sino también con antiguos alumnos y profesores que, a lo largo de estos 50 años, aportaron su granito de arena en esta historia de amor con la enseñanza.