El Mesón Restaurante A Vila cerrará sus puertas el próximo 24 de septiembre. A Estrada perderá así uno de sus actuales buques insignia en materia de restauración. "Después de 13 años, tomar una decisión así no es nada sencillo pero a veces hay que parar para reflexionar y buscar nuevas ideas y nuevos retos", explicaba ayer -día de cierre del local- a través de las redes sociales Diego Campos Vigo, el hostelero que logró convertir un mesón en el que "al principio no entraba ni el apuntador" en toda una referencia en materia de restauración en la villa.

Con tristeza pero con la convicción de quien toma una decisión "meditada", Diego Campos explicó ayer a FARO que "para mí, personalmente, A Vila lo es todo". Y es que, tal y como destacó, "todo" lo que es en el sector hostelero se gestó en A Vila, donde tuvo oportunidad de formarse y de "evolucionar como hostelero". No en vano, ayer recordaba que "cogí este local con 22 años y hoy tengo 35". Fueron "años clave" en su formación como hostelero de la restauración y barista en los que disfrutó mucho de su labor, ayudado por "clientes que me ayudaron a mejorar.

Pero ahora, aunque seguirá al frente de la cafetería Alameda, tiene claro que necesita una "pausa" y tomarse un descanso en A Vila. El primer año de actividad de este negocio lo asumió asociado con los propietarios de la Orly pero luego se quedó él solo al frente y no tardaría en sumar a la plantilla a su madre, Maribel Vigo, que ya contaba con una gran experiencia en el sector porque ya regentó durante años A Cunca de Ouro en Serafín Pazo. "Con mi madre en la cocina" -y, por supuesto, con él en la sala- "llegaron los mejores momentos de A Vila".

"Fuimos creciendo en facturación y en clientes", explica, "pero todos los proyectos tienen un inicio y un fin" y el final de A Vila llegará el domingo 24 de septiembre.

"Queremos agradecer a todos aquellos que vinisteis a nuestro mesón al menos una vez en estos 13 años" que lo hayan hecho, indicaba ayer en las redes sociales. "Siempre lo hicimos lo mejor que supimos hacerlo y siempre pensando en la satisfacción del cliente. Gracias también a todas aquellas personas que hicieron que esto fuera posible y que lográsemos estar con las puertas abiertas 13 años, ni más ni menos", proclamó. "Cerramos pero no queremos decir adiós sino un hasta luego y nos vemos por los bares. Gracias", señalaba.

La fórmula para durar13 años, explica, se fundamentó en "tratar a la ente como nos gustaría que nos tratasen, utilizar productos de calidad" y hacer las cosas "con humildad". Su madre, pese a no ser socia del local, "puso el triple" de lo que podía dar. "Es mi madre", resumió Diego Campos. Ambos necesitan ahora reflexionar y tomar una decisión que sea "la mejor para mi familia", aseguró Diego Campos. Y quienes tras el cierre de A Vila echen de menos su saber hacer en la hostelería podrán seguir viéndolo y disfrutando de su maestría a la hora de elaborar cafés y de su profesionalidad como barista en la cafetería Alameda. Hasta que decida sorprenderles con nuevos retos.

Diego Campos Vigo | Hostelero de A Vila

"Con mi madre en la cocina llegaron los mejores momentos de A Vila"