El IGE difundió ayer los datos a nivel municipal sobre los movimientos migratorios durante el año pasado. En ellos se analiza tanto la emigración de vecinos a otros puntos de la comarca, de la provincia o a otra provincia (lo que se entiende como emigración interna) como a otra comunidad autónoma o el extranjero (emigración externa). Estas dos categorías también se tienen en cuenta al examinar las altas de inmigrantes, para así conocer su procedencia.

Pues bien, Deza y Tabeirós Montes cerraron el año pasado con un saldo migratorio positivo, de modo que las entradas de población superan a las salidas. Pero la diferencia es de sólo 13 personas, debido a que en seis de los nueve concellos este saldo migratorio es negativo. Lalín ayuda a salvar las cifras, debido a que dio de baja a 537 vecinos que emigraron, pero a cambio recibió a 682 inmigrantes. Silleda también tiene un buen balance, aunque más tímido: 219 bajas por emigración frente a 252 altas, mientras que el tercer municipio, Cerdedo, perdió a 92 vecinos que decidieron cambiar su residencia, pero se convirtió en el nuevo hogar de 102 inmigrantes.

Si queremos ver los datos por comarcas, Deza tiene un saldo migratorio positivo de 61 personas, debido al buen dato de Lalín (145) y de Silleda (33). Logran paliar los resultados negativos de Vila de Cruces, con 147 emigrados frente a 113 emigrantes; así como de Rodeiro, con 80 bajas frente a 41 altas; de Agolada, con 89 emigrantes frente a 50 inmigrantes, y de Dozón, con 39 bajas y 34 altas.

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No es el caso de Tabeirós-Terra de Montes: el saldo migratorio positivo de Cerdedo, con 9 personas más, poco puede hacer contra el resultado de -30 de A Estrada (su censo registró 403 bajas frente a 373 altas), y los -27 de Forcarei (con 119 emigrantes y 92 nuevos residentes).

En líneas generales, el tipo de emigración que predomina en las comarcas es la de carácter interno: de los 1.726 vecinos que se marcharon de alguno de los municipios de la zona, 1.278 lo hicieron para establecer su nueva residencia en otro concello, en otra comarca o en otra provincia. De este modo, los 448 restantes emigraron o bien a otra comunidad autónoma o bien al extranjero. Este casi medio millar de emigrantes supone el 25,9% del total, de modo que uno de cada cuatro vecinos que se marchan lo hacen para mudarse fuera de Galicia.

Se da una tendencia similar a la hora de hablar de la inmigración. El año pasado, se dieron de alta en los censos municipales 1.739 nuevos vecinos. De ellos, 1.040 procedían o bien de otro concello de las comarcas, de otra comarca o de la provincia, mientras que 699 o no eran gallegos o no eran españoles. En este caso, la inmigración externa supone ya el 40,1%. Este aumento del porcentaje se debe al incremento de inmigrantes foráneos en casos como el de Lalín, que recibió a 126 procedentes de otra comunidad y 189 extranjeros, o el de A Estrada, con 59 altas de procedentes de otros puntos de España y 91 de fuera del país.

Los datos estadísticos del IGE ofrecen además un análisis de los movimientos migratorios según el género. En este aspecto, se encuentra bastante equiparada la emigración en Deza en cuanto a hombres y mujeres. De las 1.111 personas que cambiaron su residencia, 566 eran varones y 545, féminas. Las cifras también están muy igualadas en Tabeirós-Montes: de sus 615 emigrantes, 308 son hombres, y 307 mujeres. A la hora de hablar de inmigración, en Deza, de los 1.172 nuevos vecinos, 603 son del género masculino, frente a 569 mujeres, mientras que en Cerdedo, A Estrada y Forcarei, se asentaron 287 varones y 280 mujeres, que suman un total de 567 altas en los padrones de estos municipios.