Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las tierras de Deza en la Edad Media

En la comarca fueron construidas en estilo románico autóctono medio centenar de iglesias, ermitas, monasterios o puentes

Puente de Taboada, entre Lalín y Silleda. // A.V.N.

El extraordinario desarrollo de Galicia a lo largo de estos años es el testimonio de que los gallegos no estaban atemorizados por el "el miedo al fin del mundo", conocido como Milenarismo, creencia según la cual el fin del mundo iba a tener lugar en el año 1000 de la era cristiana.

En otras partes de Europa, ese temor paralizó el progreso. Realizar cualquier obra de larga duración significaba perder el tiempo porque iba a llegar el fin del mundo. Pensaban que lo primero que había que hacer es estar bien preparados para la destrucción total. Esta puede ser la razón de que este siglo fuese calificado como "siglo negro".

En esta época, en Galicia, los monjes benedictinos realizaron un magnífico trabajo, fueron maestros de la cultura y de la mejora del campo, liberadores de la extrema servidumbre de los humildes y formadores de los señores. El lema de su Orden Ora et labora" que consistía en compaginar la alabanza a Dios con el trabajo manual diario, llevado a la práctica, fue una gran fuente de desarrollo para la población gallega.

Revisando las Cartas de Fundación de los monasterios, se advierte que una vez hechos y equipados de monjes, una de sus principales actividades era la instrucción de los campesinos, el cuidado de los pobres y la atención a los peregrinos. Así sucedió en los monasterios de Carboeiro y San Martiño de Lalín, ya que por estas tierras pasaba el Camino que desde el nordeste de Portugal y por territorios españoles limítrofes se encaminaba a Compostela, verdadera arteria cultural que influirá en el posterior desarrollo de las tierras dezanas.

A partir del año 1000, se produce el despegue económico, social y artístico de Galicia, animado culturalmente por las peregrinaciones y la presencia de los monjes del Cister. Es la época del románico y de una fe recuperada que se expresaba en la solidez del granito que se empleaba en las construcciones. En las tierras de Deza se construyen en estilo románico autóctono medio centenar de iglesias, ermitas, monasterios y puentes, siguiendo los cánones de este inmortal estilo arquitectónico.

Monasterios

El monasterio de San Andrés de Órrea, (Agolada), de fundación incierta, de monjas benedictinas y del que se conserva solamente la Iglesia. La primera referencia documental que se tiene se halla en el testamento del obispo Odoario, de fecha 5 de mayo de 747. La siguiente es de 1171, cuando la abadesa Toda Rodríguez hace una venta al monasterio de Sobrado dos Monxes. En 1499 fue anexionado al monasterio de San Paio de Antealtares, a donde se trasladaron las reliquias. Según la tradición oral, las dependencias monásticas estarían situadas al norte de la Iglesia, sin embargo, no existe ningún documento, ni resto arqueológico que lo confirme. Entre las abadesas, hay que destacar a Maior Vázquez (1357) que antes de tomar los hábitos fuera señora de la Casa de Camba y Rodeiro y esposa de Alonso Suárez de Deza, asesinado por los criados del arzobispo Berengel de Landoira.

El monasterio de San Salvador de Camanzo, (Vila de Cruces), que fue de monjes en el comienzo y del que se conserva la iglesia restaurada y la Sala Capitular. Fue fundado por los Condes de Deza, don Gonzalo Betotiz y doña Teresa, que a principios del siglo X lo dotaron con diferentes propiedades y heredades. En la sentencia del pleito abierto en 956 por el Conde don Pelayo y la reina doña Aragonta contra los usurpadores de parte de sus propiedades en la península del Salnés, Camanzo sale beneficiado con una salina, lo que lo vincula con la familia de los fundadores. En 1096, Sandino Peláez dona al monasterio una importante cantidad de bienes en las tierras de Deza y Montes. Dieciséis años después la reina doña Urraca concedió este cenobio al obispo compostelano Diego Gelmírez. Entre 1197 y 1199 recibe donaciones por parte de Pelayo Pérez y doña Urraca Fernández. En 1253, Alfonso Rodríguez de Bendaña, nombra a Camanzo heredero de los bienes que no tenían legado propio. No fue un gran centro de vida religiosa. En 1499 fue anexionado a San Paio de Antealtares, tras la reforma aprobada por fray Rodrigo de Valencia.

El monasterio de índole patrimonial de Piloño, (Vila de Cruces), ya existía en el año 962, porque comparte salinas en el Salnés con los Camanzo, Carboeiro. En una donación de 1087, la infanta Elvira, hija de Fernando I y doña Sancha, dona a la catedral de Santiago la mitad del monasterio de Piloño y de otros monasterios situados en el valle entre los ríos Ulla y Deza, son los monasterios desaparecidos de Brandariz, mencionado en un documento del año 1110; Oirós; Toiriz y probablemente el de San Pedro de Losón. En la actualidad no queda ningún resto de estos monasterios benedictinos, citados en la donación. La noticia de su existencia habla de una elevada concentración monástica en estas tierras dezanas.

El monasterio de San Lourenzo de Carboeiro, (Silleda) es continuación según el Padre Yepes, de una ermita, en que se daba culto a San Lorenzo, que dirigía el ermitaño Egica. Éste fue quien vendió los derechos sobre la capilla y las granjerías que había alrededor, a los que iban a ser los fundadores del monasterio benedictino. Parece que puede datarse la fundación del monasterio en el año 926, en el que hay una donación a favor del mismo; las obras de construcción continuaron durante mucho tiempo y la comunidad fue asentándose poco a poco, a medida que lo permitía la edificación.

Sus fundadores fueron el Conde de Deza don Gonzalo Betotiz y su esposa doña Teresa, a los que además del culto a Dios, les interesaba que los monjes se convirtieran en instructores de los campesinos en las labores agrícolas, con lo que sus propiedades iban a ser más rentables. El primer abad fue Félix, que ya firmó un documento en el año 936 como tal abad. En su tiempo se consagró la Iglesia, oficiando en la ceremonia el obispo Ero de Lugo, con la asistencia del abad de Celanova San Rosendo. En el altar se colocaron reliquias de los santos Lorenzo, Sixto e Hipólito. En el año 997 Almanzor destruyó la edificación. Los mejores tiempos del monasterio fueron con el abad Froila, que ya ejercía en el año 1131. El último regidor fue Manuel, que falleció en 1493. El 13 de junio de 1499 fue anexionado al monasterio de San Martiño Pinario. Su iglesia es uno de los máximos exponentes del románico dezano.

El monasterio de San Pedro de Ansemil (Silleda), nada se ha conservado del cenobio, solo la iglesia, ni siquiera se conoce su ubicación. Fue fundado por el obispo compostelano Sisnando, entre los siglos IX y X. La primera referencia es del 22 de junio de 972, en la que doña Fernanda dona al monasterio la villa de Saídres, juntamente con otras propiedades. Comenzó siendo un monasterio dúplice, que se mantuvo hasta 1073, como queda reflejado en la donación realizada por Adosinda, en la que los beneficiados son "hermanos", lo que indica un posible traslado de las religiosas a otro lugar. Una donación fechada el 1 de abril de 1053, cita entre los testigos al abad Pedro Trenazi, primer y único abad del que se tienen datos. En 1262, doña Teresa Yánez de Deza, lega al monasterio unas propiedades. En 1263, la abadesa doña Teresa Fernández, hace entrega de varias heredades al juez de Saídres, Martín Fernández. Con este documento queda confirmado el regreso de la comunidad femenina. El comienzo de la decadencia se produjo por el exceso de gasto en la construcción de la nueva iglesia, al que se unieron los abusos ejercidos por la nobleza local que se adueño de parte de las posesiones del monasterio. A comienzos del siglo XIV el monasterio volvió a tener una etapa de auge, fruto sobre todo de las donaciones, entre las que destaca la efectuada por don Diego Gómez de Deza, que fue enterrado en la capilla funeraria adosada al muro meridional. Fue anexionado en 1499 a San Paio de Antealtares, por el reformador fray Rodrigo de Valencia.

En Lalín, hacía el año 980, el obispo de Mondoñedo, Arias Peláez, fundó el monasterio patrimonial de San Martiño que era dúplice. Solo se conserva la iglesia, rehecha posteriormente. Fue dotado en 1019 por doña Adosinda Gundesteiz, bisnieta de los Condes de Deza. Fue un monasterio de poca categoría. Desapareció muy pronto, desconociéndose los motivos. Uno de los fines de la dotación era que sirviese para alimento y atención a los peregrinos. En el siglo XV, las tierras del coto del monasterio estaban en manos de los monjes de Oseira.

El monasterio de San Adrián do Carrio, (Lalín) totalmente desaparecido. Hay constancia documental de la existencia de este monasterio, pero no se conoce su exacta ubicación. De él se habla en un documento de 1117, en el que un tal Ares Núñez dona su cuarta parte al monasterio de Carboeiro y en 1265, el abad de Carboeiro aparece en posesión de la sexta parta del monasterio de San Adrián, mencionado como San Adrián del Valle. No sería aventurado situar este monasterio en la vecina parroquia de Madriñán, porque en ella existió una capilla dedicada a Nosa Señora do Carrio y porque San Adrián es el santo patrón de la feligresía, también conocida como Santadrao.

El monasterio de San Pedro de Vilanova, (Dozón), del que solamente se conserva la iglesia, joya del románico gallego, hoy restaurada, era de monjas benedictinas. La fundación del monasterio tuvo lugar en el año 1154, según figura en una inscripción del ábside de la iglesia: EGO GUNTRI SUARII EDIFICAVI ISTUN MONASTERIUM IN HONOREN STI. PETRI. ERA MCLXII. Fundado por doña Guntroda Suárez, viuda de Pelayo Martínez. La dotación incluye los terrenos a orillas del río Asneiro en los que se asienta el monasterio y otras fincas próximas. Entre los confirmantes de la dotación se encuentran el arzobispo Pelayo de Compostela; los obispos y Oviedo; el prior de Santa María de Sar y el abad de San Martín Pinario. Antes de su fundación parece que hubo una pequeña comunidad religiosa. El monasterio debió de ser de cierta importancia, ya que recibió donaciones reales, Alfonso VII lega la iglesia de San Martiño de Asperelo (Rodeiro) y en 1159 Fernando II, lega la iglesia de Santa Baia de Camba (Rodeiro). En 1173, el mismo monarca, con su esposa doña Urraca y su hijo don Alfonso, conceden privilegios y exenciones a favor del monasterio. Tuvo una estrecha relación con el monasterio de Oseira, hay registradas varias transacciones entre ambos monasterios. A finales del siglo XV, el monasterio fue anexionado a la Congregación de San Benito el Real de Valladolid y el 23 de junio de 1499 ya figura como abadía incorporada al monasterio de San Paio de Antealtares, a donde se habían trasladado las reliquias. A lo largo de los siglos del románico y con el renacer de la movilidad de las gentes y el trasiego de los peregrinos se hizo necesaria la construcción de nuevos puentes o la reconstrucción de los que perduraban de origen romano. La situación estratégica de Deza, como punto neurálgico de comunicaciones de la Galicia central, lo atestiguan las construcciones de varios puentes con sus respectivas inscripciones entre los siglos IX y X, las "pontes" Taboada, Vilariño, Toiriz o Losón y otras, todas ellas entrelazadas por tramos viarios, herederos de ramales de las vías romanas que unían Braga con Astorga. Resaltamos las que conservamos sus inscripciones, que proporcionan la fecha de su construcción. La Ponte Taboada, sobre el río Deza, situada entre Prado (Lalín) y Taboada (Silleda). Bien conservada y casi escondida en un hermoso lugar. Sobre una gran piedra plana hay grabada una inscripción en caracteres latinos, conservada parcialmente, con la fecha de su construcción, el año 912. La belleza y perfección de esta "ponte" supone que fue levantada por un gran maestro constructor. La inscripción dice: Labraron la puente en la era DCCCL (año 912) y fue concluida el 31 de marzo. Esta es la obra de ingeniería viaria medieval más importante que tenemos en Deza, que además, es de gran belleza y guarda numerosos recuerdos históricos. La Ponte Toiriz, sobre el río Arnego en Vila de Cruces. De la que tan solo queda la fecha esculpida en una piedra natural de una pared, de lo que sería el antiguo camino de acceso al puente original. Fue inaugurada en el año 877. La transcripción es: Labraron esta puente en la era DCCCXV (año 877) y fue concluida el 31 de enero.

La Ponte de Carboeiro, también llamada Ponte do Demo, sobre el río Deza, al pie del monasterio de Carboeiro. El nombre hace alusión a la leyenda que cuenta como los monjes ante la lentitud de las obras debido a la falta de dinero, acordaron llegar a un entendimiento con el mismo demonio. Sustituyó a una puente romana, que unía los tramos de calzada que en ambos lados aun se conservaban. Por un lado está "A Verea, topónimo de la vía que iba de Ponte Ledesma para Lugo, por Asorei (identificado como Asseconia) según el itinerario Antonino. Su fecha apareció en una inscripción en una piedra en el medio del puente, ya desaparecida. La inscripción ponía: La transcripción es: Labraron esta puente en la era DCCC (año 862). La Ponte dos Cabalos, sobre el río Arnego, en Parada de Alperiz, en la que figuraba en una inscripción la fecha de su construcción ya desaparecida: Era de DCCCIIC ? que corresponde al año 970. Todavía la pudo leer Francisco Vilariño, que la recoge en su "Reseña histórica da comarca de Deza". La Ponte Vilariño, sobre el río Arnego, en Agolada, en la que había una inscripción que afirmaba que fue construida en el 814. Recientemente fue ampliada y consolidada. Estas muestras, de magnifica construcción, monasterios y puentes, demuestran la importancia de Deza en los siglo IX y X, lo bueno que fue este tiempo medieval para sus gentes y para la recuperación de sus tierras.

La historia de estas tierras de Deza estuvo controlada durante más de cien años por el linaje de los Betote o Betotiz que pasarán a la historia como los Condes de Deza. El Condado de Deza surgió en el Concilio de Lugo, en el año 569, siendo Teodomiro el rey XIV de los suevos. Los nombres y hazañas de los Condes de Deza, hasta la segunda mitad del siglo IX son totalmente desconocidos. Algunos autores dan por supuesto que el último rey de los suevos, Andeca fue un Conde de Deza, ya que era conocido como Xan Deza. Tenemos noticias históricas y conocemos los nombres de los condes: Alfonso Betote, el primero del que tenemos noticias; Gonzalo Betote, durante su gobierno la comarca de Deza alcanzó su mayor grado de poderío y esplendor cultural, religioso y de civilización; Pelayo Gonzales y Gonzalo Peláez, con el que desaparece el condado de Deza. A partir del año 970, desaparece Deza como condado, quedando relegada esta tierra a una posesión más de los Reyes de León. La Condesa doña Adosinda, esposa de Gonzalo Peláez, al decidirse a ingresar en el monasterio de San Martín de Lalín, hizo una renuncia total a sus derechos sobre el condado de Deza, a favor del Rey Bermudo II, su sobrino político. Así cesó la existencia de este antiguo condado. Así comienza la posesión o dominio absoluto de los Reyes del reino de León sobre las tierras de Deza A la muerte de Bermudo II, fallecido en setiembre de 999, le sucedió Fernando I que poseyó toda la tierra de Deza, Camba y Ventosa. Los Reyes de León, las dieron en feudo primeramente a Pedro Arias, seguidamente a Arias Pérez, un año después la reina Doña Urraca, dona Deza en su casi totalidad, junto con Camba al conde de Traba, Pedro Froilaz en 1112, pero en el 1117 aparece en posesión de ella el conde de Limia, Alfonso Muñiz. Todas estas donaciones eran en calidad de feudo. Desde 1165, Deza pasa a ser propiedad en lo temporal de la sede compostelana y en lo espiritual sigue unida a Lugo. Esto ha de entenderse en un ámbito general, ya que hubo otros personajes que fueron señores de pequeñas heredades muy diseminadas.

Compartir el artículo

stats