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Diez años de la Ley de Igualdad

Los municipios de las comarcas esquivan la cuota de género en sus gobiernos locales

Los porcentajes se mueven entre el 14% de Dozón y el 36% de A Estrada -Lalín y Silleda sí superaron la ratio del 40% antes de reorganizar sus equipos -Tabeirós-Montes lidera la portavocía femenina en la oposición

Hace justo una década, en el año 2007, entraba en vigor la Ley para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres, que establecía que en los consejos de las grandes empresas ningún sexo debía contar con menos del 40% de participación ni con más del 60. Ese 40% fue el mínimo que se estableció, también, en las cuotas legales de participación en la vida política tanto a escala local como autonómica, nacional y europea.

España se sumaba, así, a una iniciativa que ya aplicaban desde hacía años otros 40 países (los latinoamericanos fueron pioneros en esta cuestión) y que no hacía otra cosa que reflejar lo que ya ponían en práctica, de forma voluntaria, cinco partidos políticos del país y 130 en el resto del mundo.

Así, la norma española indica que cada género debe ocupar, por lo menos, el 40% de la representación tanto del Congreso como del Senado. La cifra es un poco inferior al 50% que marcan Francia y Bélgica (en el país galo, en el caso del Congreso la cuota se rebaja al 48%).

En líneas generales, la presencia femenina sí se hizo más patente en las listas electorales en los comicios municipales de 2015. Pero, al no ir en puestos de salida, a la hora de hacer gobierno, muchas veces se recorta de forma notable la relevancia de la mujer, hasta el punto de que ningún gobierno de Deza y Tabeirós llega a esa recomendación del 40%. En este análisis no aparecen los datos de Cerdedo-Cotobade, dado que el nuevo concello funciona bajo una gestora.

Así pues, de los 10 concejales que forman el cuatripartito lalinense, solo 3 son féminas (el porcentaje se queda en el 30%): Celia Alonso (Medio Ambiente, Muller e Igualdade), Lara Rodríguez Peña (Cultura y Educación) y Teresa Varela (Facenda y Patrimonio). Pero hay que señalar que Lalín sí cumplió la ratio, ya que hasta hace casi un mes en sus filas contaba con Katia Procino, que llevó Comercio, Emprego e Réxime Interno.

Silleda fue otro de los municipios que aplicó a rajatabla la cuota de género. Tras las elecciones, entre sus siete concejales había tres nombres de mujer: Ana Luisa González Costa, Pilar Peón y María José Fernández. La marcha en julio de 2015 de Luis Rodríguez motivó la entrada de una cuarta, Aída Castro, con lo que la presencia femenina se disparó al 57,1%. Pero en el segundo semestre del año pasado María José Fernández y Aída Rodríguez, por cuestiones laborales, abandonaron el ejecutivo, con lo que ahora la cuota femenina es del 28,5%. González Costa lleva Cultura, Emprego, Deportes, Turismo y Persoal, y Peón se encarga de siete áreas: Benestar Social, Igualdade, Educación, Sanidade, Normalización Lingüística, Xuventude y Comunicación Social.

En el concello vecino de Cruces, pese a su amplia mayoría absoluta (tiene 9 ediles de 13), el PP cuenta en sus filas con sólo tres mujeres: Beatriz Iglesias (Presidencia y Benestar Social); Laura Rey (Cultura y Educación) y Adriana Iglesias (Novas Tecnoloxías y Normalización Lingüística).

La mujer, en Cruces, tiene el 33,3% de presencia en el gobierno, la misma que Rodeiro, con dos vecinas en un ejecutivo de seis: Cati Somoza (Urbanismo, Cultura, Economía, Medio Rural y Participación Cidadá) y Ana Belén Calvo (Servizos Sociais, Infancia, Muller e Igualdade). Ambas representaban ya la cuota femenina en el mandato anterior.

Dozón, la presencia mínima

En Agolada y Dozón la situación aún es peor: En el ejecutivo de Ramiro Varela, con 8 ediles, solo hay dos mujeres (son el 25%): Paula Crespo, encargada de Servizos Sociais, y Yolanda Varela, de Comercio, Emprego, Benestar Social, Muller, Igualdade y Réxime Interno. En lo que se refiere a Dozón, Sonia Rodríguez Marañís es ese 14,2% de cuota de género. Se encarga de Xuventude, Igualdade y Festexos, además de ser la tesorera.

Tabeirós-Montes ya se acerca un poco más a ese 40% deseable. En A Estrada, el gobierno del PP tiene a cuatro mujeres, sobre un total de 11 (supone el 36,3%). Son Amalia Goldar (Benestar Social, Igualdade y Educación); Ángeles Pais (Desenvolvemento Rural y Actividade Gandeira); Carmen Durán ( Dinamización Sociocultural no Rural) y Lucía Seoane. En cuanto a Forcarei, además de la alcaldesa Belén Cachafeiro, el ejecutivo cuenta con María Jesús Sineiro (Servizos Sociais, Educación e Cultura). Son 2 de un total de 6, es decir, el 33,3%.

Hay que señalar, también, que es en esta comarca donde las mujeres llevan la voz cantante en la oposición: Belén Louzao en el PSOE estradense, Mar Blanco en Móvete, Ana Doval en el PSOE de Forcarei y María Abilleira en Foro Forcarei.

Otra cuestión en la que conviene pararse es en lo que ya parece una tradición: que la mujer se encargue de determinadas concejalías como Benestar Social (solo en Dozón y Lalín esta área está bajo el mando de un hombre) o Cultura y Educación. Por contra, Urbanismo tiene al frente a una mujer solo en Rodeiro, y Facenda, en Lalín y Forcarei.

Belén Cachafeiro | Alcaldesa del PP en Forcarei

"Las mujeres políticas tienen otra empatía con los vecinos"

Lleva en la política local desde el año 1999, y se encarga de la Alcaldía desde hace cinco años, tras el fallecimiento del entonces regidor David Raposeiras. Ahora mismo, es la única regidora en Deza y Tabeirós-Montes, aunque no la primera. En 2007, la socialista Paula Fernández Pena tomaba el bastón de mando en Silleda, un cargo que refrendaría en 2011 hasta su designación como senadora, en 2013.

-Además de la Alcaldía, usted se ocupa de las áreas de Economía e Facenda. ¿Fue un aprendizaje duro?

-A decir verdad, tuve un cursillo intenso en estas áreas, como una formación a posteriori después de asumir estas concejalías y a raíz de la nueva ley que impuso el ministro Montoro y que introdujo conceptos nuevos como el techo de gasto o el equilibrio presupuestario.

-¿Supuso un cambio notable en su carrera como política pasar a coordinar estas áreas?

-A decir verdad, entré en la política hace 18 años y siempre ocupé puestos relevantes, porque hay que pensar que la corporación forcaricense no es amplia [el gobierno tiene seis de los once ediles]. Fui tesorera del partido y me encargué de otros departamentos como Servizos Sociais o Personal.

-¿Qué pueden aportar las mujeres a la escena política?

-Creo que las concejalas que estamos ahí representamos otra forma de hacer política, porque tenemos otra empatía con los ciudadanos, somos más sensibles hacia otros temas más allá de Urbanismo u Obras. Quizá nosotras somos capaces de percibir otras necesidades.

-¿Ha notado algún tipo de discriminación por ser mujer desde que está en política?

-En mis relaciones con otras administraciones, a escala pública no. Puedes notar algún detalle a nivel individual. En cuanto a la oposición, hay veces que los hombres piensan que pueden desestabilizar tu gobierno porque está al frente una mujer, y hacen cosas que a lo mejor no se las hacían a un alcalde varón.

Teresa Varela | Concejal de Facenda y Patrimonio de Lalín

"La mujer que se meta en política tiene que implicarse"

Es la segunda teniente de alcalde de Lalín y lleva las áreas de Facenda y Patrimonio. Abogada de profesión, Teresa Varela reconoce que su trabajo sí le acercaba ya al mundo de la administración, "pero desde el punto de vista del administrado".

-Es una de las poquísimas mujeres en las comarcas al frente de una concejalía como la de Facenda. ¿Cómo es la experiencia?

-Pues quizá fue por deformación profesional, pero nada más salir elegidos tras los comicios, lo primero que hice fue comprarme un manual. Tuve que autoformarme en esta disciplina y, a decir verdad, no creo que en esta concejalía se note si la labor tiene al frente a un hombre o a una mujer. No tiene tanto margen como el que pueden tener departamentos como Benestar Social, y la labor de Facenda es más de despachos y menos de cara al exterior como puede ser Cultura, un área que por cierto llevé al principio de este mandato y me encantó.

-¿Nota algún tipo de discriminación?

-No, ni positiva ni negativa. En un debate plenario, me da igual que me rebata un hombre o una mujer, y tampoco preciso una mayor aportación por el hecho de ser mujer.

-¿Es fácil conciliar la vida política con la personal?

-Ya no es fácil combinar la vida laboral con la privada, así que cuando te metes en política no le restas tiempo a tu trabajo, sino a tu ocio. La política precisa una implicación muy grande. Pero también es verdad que es una experiencia y un aprendizaje más.

-¿Qué le aconseja a las mujeres que quieren dedicarse a este mundo?

-Recalco que es un sacrificio personal, pero la mujer a la que le apetece entrar en política, debe hacerlo si lo estima oportuno. Eso sí, que entren más mujeres, pero que estén implicadas y que aporten.

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