Viajar en agosto saldrá más caro para el bolsillo de los vecinos que reposten en las gasolineras dezanas. A diferencia de lo que ocurrió el año pasado, cuando el precio de los carburantes bajó en el ecuador del verano, esta vez ha vuelto a subir y lo ha hecho de forma muy notable, hasta el punto de que llenar el depósito de un vehículo de 70 litros cuesta en torno a 73,80 euros, mientras que en agosto del año pasado la media se situaba en los 50. Son datos que ofrece la estación de servicio de Camanzo, en Vila de Cruces, que pasa por ser una de las más baratas de las 18 operativas en la zona.
Según los datos que operan en el Ministerio de Industria, el precio del gasóleo A ayer en la comarca se movía entre los 1,029 euros por litro de la estación de la cooperativa ICOS en la carretera a Siador (Silleda) y los 1,186 que marca la gasolinera del polígono Lalín 2000, a la que suministra la marca Staroil. Conviene señalar que la misma empresa distribuidora maneja precios diferentes según la ubicación de la gasolinera, tanto en función del municipio como de la cercanía a una vía con más o menos tránsito. Así por ejemplo, Repsol tiene el gasóleo a 1,089 céntimos en la gasolinera del casco urbano de Vila de Cruces, pero su precio sube a los 1,179 en las tres estaciones de Lalín (la de Avenida de Buenos, Aires, la rúa Corredoira y la rúa do Río, junto al centro comercial Pontiñas). La del casco urbano de Agolada también pertenece a Repsol, pero su gasóleo está a 1,129. En estas gasolineras, en comparación con los datos del 10 de agosto del año pasado, los precios subieron 3 céntimos por litro en la de Cruces, y 12 en las tres lalinenses, mientras que el aumento en Agolada fue de 8 céntimos.
Cepsa también dispone de gasolineras en la zona: la de Vilatuxe, con el gasóleo a 1,119 euros (subió 7 céntimos en relación al año pasado), y la de Silleda, junto a la Rotonda da Muller Labrega, y más barata que en Vilatuxe, a 1,109 (sube 6).
Por su parte, en las estaciones de Galp el aumento ha sido el mismo en relación a agosto del año pasado: 9 céntimos. Ayer, en la estación de Bendoiro, el gasóleo estaba en 1,129 euros, sutilmente por encima de los 1,124 de la estación apostada al pie de la AP-53 a su paso por Silleda.
Está claro que la N-525, pese a perder fuelle en cuanto a volumen de tráfico por obra y gracia de la autopista, sigue siendo un reclamo sobre todo para vehículos pesados, y de ahí que el precio del carburante, como ocurre con Galp, también varíe si hablamos de otra empresa, Petronor. Esta compañía surte el carburante de la gasolinera de O Castro, en Dozón, que se sitúa en los 1,119 euros por litro. Sin embargo en la localidad cruceña de Gres, baja a los 1,089, lógico si tenemos en cuenta que se encuentra a muy escasos kilómetros de otra gasolinera con precios muy competitivos, la E.S. Camanzo, con el gasóleo a 1,055 euros (el segundo precio más bajo de Deza). En comparación con el año pasado, Petronor subió el gasóleo en 3 céntimos en Gres y 6 en Dozón.
Gasolineras "libres"
El listado de compañías se completa con Meroil, con presencia en Rodeiro y con el gasóleo a 1,109 euros (sube 8 céntimos), la del centro comercial Carrefour, en Lalín, a 1,129 (el año pasado y con Eroski estaba 11 céntimos más barato), El Cordero Gallego, de Agolada, que trabaja con Shell (a 1,119, aumenta 8 céntimos) y la citada Staroil, que subió 14.
Que la estación de Camanzo esté entre las gasolineras de precios más asequibles no es una casualidad. Ya el año pasado, era la única con el gasóleo por debajo del euro por litro. La razón está en que esta estación, al igual que la de A Bandeira (con el gasóleo a 1,099) son gasolineras libres: no se atan a ninguna gran petrolera y compran el combustible en el mercado internacional al precio más bajo que se ofrece. Después, deciden qué precio fijan para la venta al público. De este modo, se puede adquirir exactamente el mismo producto en una estación "abanderada" que en una de marca blanca. La aparición de estas estaciones de servicio libres arrancó en 1993, al terminarse el monopolio de Campsa. A nivel estatal, su periodo de mayor proliferación fue entre 2006 y 2011, coincidiendo con la recesión económica.
