Eso que llaman la madre naturaleza ha vuelto a sorprender en el rural lalinense. Lo saben muy bien Ángeles González y su marido Antonio Fernández, que esta semana pudieron comprobar como su tomatera particular daba unos frutos propios del libro Guinness de los récords. "El año pasado, los tomates ya eran grandes, pero ahora tenemos siete en total, y uno de ellos que pesa kilo y medio y mide 18 centímetros", explicó la dueña de una huerta en la que ya hace años florecieron calabazas de un tamaño fuera de lo común. Sin embargo, esta es la primera vez que tanto Ángeles como su marido Antonio pueden contar haber cosechado unos tomates dignos de una película de ciencia ficción.
La dueña de los extraordinarios ejemplares no sabe qué ha podido pasar para que se produjera este fenómeno. De todas formas, a Ángeles González no le extrañaría nada que el asunto tuviera algo que ver con el abono utilizado por ella en su tierra. Lo cierto es que la dueña de los tomates piensa que el abono elaborado por ella misma a base de ortigas caseras podría estar detrás del nacimiento de tan gigantesco fruto. Ángeles también recordaba ayer que la planta había sido producto de un semillero propio, por lo que también podría ayudar a explicar lo sucedido.
Sea como fuere, Ángeles y Antonio ya tienen decidido qué hacer con sus tomates tamaño XXL. "Por supuesto no los vamos a vender, los dedicaremos a consumo propio, incluso regalándoselos a familiares si es que les apetece, y lo que sobre seguramente que lo emplearemos en fabricar salsa de tomate casera", añadió la dueña de los tomates. Mientras tanto, los dos presumen de huerta fértil a la espera de seguir recolectando más productos en su ya famosa finca de Puxallos.
