El BNG de Silleda defenderá en el pleno ordinario de hoy (10.00 horas) una moción para que el gobierno local impulse un plan de movilidad sostenible, abierto a la participación de todos los partidos políticos y también de colectivos vinculados a esta cuestión. Se trata de reconvertir los dos cascos del municipio "en núcleos del siglo XXI, contemporáneos y dinámicos", explicó ayer el portavoz, Matías Rodríguez da Torre, junto al responsable local del partido, Mateo Varela.

Los dos políticos dieron a conocer la propuesta en la Praza do Siñor Afranio, uno de los enclaves que sirve de centro de reunión para buena parte de los vecinos de las calles próximas y que refleja -aún puede hacerlo más-, esa filosofía de "ciudad lenta" que ya funciona en seis urbes españolas y que, originaria de Italia, se extiende desde 1999 por todo el mundo.

Esta tendencia urbanística prima al peatón frente al tráfico rodado, ayudando así a reducir la contaminación atmosférica y acústica, pero sin eliminar del todo el uso de los vehículos. En el caso del casco urbano de Silleda, el BNG propone que se limite la velocidad a 30 kilómetros por hora en las principales calles transversales con la N-525 (la Rúa Trasdeza): serían la Avenida do Parque, Progresos, Venezuela y María Colmeiro, así como las que atraviesan éstas: Santa Olaia, Pontevedra, Emilio Alonso Paz y Antón Alonso Ríos. Varela explica que, a esta velocidad, apenas se producen accidentes de tráfico con víctimas mortales, y además podrían convivir los conductores de vehículos con los usuarios de bicicletas, sin necesidad de un carril específico para éstos.

Dado que el casco urbano de Silleda no tiene unas dimensiones desorbitadas, los ciudadanos acabarían entendiendo que es posible aparcar el coche y desplazarse a pie unos cinco minutos para hacer cualquier gestión. Hoy en día, el núcleo tiene tres zonas de aparcamiento público, pero Da Torre considera que serían necesarios dos más para que los vecinos estacionasen cercan de servicios como el concello, la Casa da Cultura y da Xuventude, las oficinas bancarias o farmacias. De hecho, según el mapa de isocronas que diseñó Varela, desde los tres aparcamientos actuales la distancia a estos inmuebles es de, precisamente, 5 minutos.

Los nuevos aparcamientos podrían colocarse en áreas donde se nota esta carencia, como en la rúa Progreso y Morón (la conocida como Rúa do Butano), donde además hay un número suficiente de solares con los que se podría conveniar este uso. No sería necesario en otros puntos como el centro de salud, ni en las inmediaciones de la calle María Colmeiro.

Sí se mantendrían zonas de carga y descarga limitadas con un horario para servicios especiales y un plazo máximo de aparcamiento diario para usuarios concretos. Pero, al haber aparcamientos públicos, en estas calles sobrarían plazas de estacionamiento, con lo que en un futuro incluso podrían ensancharse las aceras. El plan que proyecta el BNG para el casco silledense se completa con un "rectángulo verde" que abarca desde la Praza da Feira hasta la Carballeira das Pedrosas. "Se trata de corregir lo que se hizo al revés en los últimos 40 años", matiza Da Torre.