El interior tiene su encanto, y así lo demuestra la ocupación hotelera de los concellos dezanos. Durante la época veraniega, los hoteles y casas rurales de la zona acogen a cientos de turistas que buscan un poco de paz para respirar de la muchedumbre o evitar playas masificadas. El turismo rural está de moda, y la comarca de Deza ofrece muchas posibilidades para realizar actividades o desplazarse a lugares cercanos sin tener que vaciarse los bolsillos. Galicia tiene una oferta muy variada, dependiendo del tipo de vacaciones que estemos buscando, y los concellos dezanos cuentan con una muy buena gastronomía, infinitos verdes parajes y sobre todo mucha tranquilidad para una completa desconexión.
La situación geográfica de Deza, en el corazón de Galicia, lo convierte en un enclave perfecto para un descanso vacacional. La cercanía a varias ciudades de la comunidad, a la costa y el fácil acceso a parajes naturales son toda una ventaja que los turistas saben aprovechar. "Ahora que son las celebraciones del Apóstol mucha gente viene aquí en vez de a Santiago de Compostela porque es más económico y está muy cerca en coche", cuenta una de las responsables del hotel Vía Argentum, en Silleda. Para algunos viajeros que ya conocen la costa gallega o sus ciudades más emblemáticas y quieren seguir descubriendo, resulta atractivo perderse en la paz y naturaleza del interior.
La gran mayoría de los visitantes acuden desde otras comunidades autónomas, sobre todo de Madrid o Cataluña, en un intento de escapar de las altas temperaturas que sufren en verano en buena parte del país. Los hospedajes también cuentan con algún que otro turista extranjero, en concreto estos días, procedentes de países como Italia, Rusia, Francia o Dinamarca. La ya mencionada cercanía a otros puntos de Galicia, hace que sea menos habitual recibir turismo procedente de dentro de la comunidad, aunque también existen excepciones. Es el caso de Baños de Brea, en Vila de Cruces, donde trabajan sobre todo con gente de Galicia, grupos de mayores de 50 años que les escogen por su trato familiar y la posibilidad de relajarse y desconectar.
En cuanto al perfil general de viajeros, suelen acudir, sobre todo, familias con sus hijos o parejas, con una media de edad de entre 30 y 50 años. Es habitual que repitan su visita, sobre todo en las casas rurales, que ofrecen un trato más personalizado y hace que algunos lleven años acudiendo a su cita.
Parte de ellos han venido especialmente para celebrar el Apóstol en Santiago de Compostela el martes, y la media de su estancia es de 3 ó 4 noches. Para otros es una simple coincidencia con el festivo autonómico, y alargan su estadía hasta una semana. Estos días suelen repartirlos realizando una jornada de visita local y todas las restantes para moverse a diferentes puntos de Galicia.
Otro perfil que también resulta muy habitual durante estas fechas es el de los peregrinos, que tienden a alojarse en grupos más grandes, tener estancias más cortas, y dedicar poco tiempo al turismo local, ya que deben continuar con su andadura. La cercanía del día grande del santo incrementa la demanda de habitación para estos días, por lo que es recomendable planear con antelación dónde pasar la noche.
Las actividades que pueden llevarse a cabo en la zona de Deza giran principalmente alrededor de la naturaleza. Así es que la información que más solicitan los hospedados es la de lugares cercanos con un atractivo diferente, como puede ser la playa fluvial de A Carixa, el Monasterio de Carboeiro o la Fervenza do Toxa. Cuando se trata de planes más alejados de la comarca, existe una total y plena predilección por visitar las playas de las Rías Baixas y la ciudad de Santiago.
Los hoteleros y regentes de casas rurales se encuentran muy satisfechos con la ocupación que se está teniendo este verano y creen que también será un buen mes de agosto, en el que algunos tienen colgado el cartel de completo hasta entonces.
