El Área Recreativa da Carixa, acoge el próximo viernes un concierto del percusionista Roberto Oliveira. La cita tendrá lugar a las 22.30 horas, en la que representará obras de Javier Álvarez, Raúl Tudón, Jorge Variego, Andrés Álvarez y Carlos Passeggi. Ofrecerá una actuación en la que mezclará percusión, electrónica y arte visual.
-¿Tiene algún interés especial el concierto que realiza en A Carixa?
-Quien se puso en contacto conmigo fue el Concello de Vila de Cruces y, al principio pensaba que iba a ser en el auditorio, pero me ofrecieron para hacerlo en Merza. El sitio es muy bonito, además yo lo conozco muy bien, porque anduve bastante por allí. Un amigo mío de la zona estuvo conmigo en el extranjero.
-¿Le parece un sitio peculiar para la actuación?
-Sí, la verdad que sí. Me parece un sitio curioso y distinto para realizar un concierto.
-¿En cuanto a su música, que ofrece de diferente con respecto a otros artistas?
-Mi producto es un diseño bastante peculiar, porque se trata de una mezcla de percusión con electrónica en tiempo real y también con arte visual sincronizada. Entonces, digamos que es una mezcla que por el momento no está ofreciendo nadie más. Hay que añadir la particularidad de que todas las obras que interpreto en mis conciertos son de nuevas generaciones. Yo trabajo con ellos en un porcentaje muy alto, a nivel de composición. Digamos que son obras de reciente estreno. No son piezas que ya lleven años escritas, entonces eso también es un trampolín para que compositores nuevos se puedan dar a conocer a través de mis actuaciones y conciertos.
-¿Cómo escoge las piezas que va a interpretar?
-Mi forma de trabajar es muy dinámica. Pienso un poco la temática que quiero de la obra, morfológicamente hay obras más oscuras, hay una pieza en particular que está basada en la Santa Compaña, entonces es muy mística. Se crea una relación entre el compositor y yo. Le paso unas directrices a nivel de texturas, duración, para que instrumentos, ya que yo hago la parte electrónico y luego hago la videoreportaje. Por lo que se crea una unión muy buena.
-¿También es uno de los fundadores de Odaiko?
-Estás en lo cierto. Junto con un vecino de Deza y otro de Ourense, fundamos Odaiko, allá por el año 2001 en Ámsterdam, cuando estábamos los tres estudiando allá. La verdad es que fue muy buena experiencia, se llevaron a cabo cosas muy bonitas. Por circunstancias de la vida Xoán Risco fue cogiendo otra carrera profesional, yo lo mismo y se quedó la otra persona con Odaiko, que es el responsable actual del grupo.
-¿Prefiere tocar en grupo o en solitario?
-Eso es una trayectoria personal y profesional. Yo llevo muchos años en el mundo de la música y, también los que éramos miembros de Odaiko estamos tocando con mucha gente, por otro lado. Yo aparte de fundar Odaiko fui el creador de otro grupo en Barcelona y te vas encontrando tu propio lenguaje. Yo acabé decantándome por tocar solo, centrándome en lo que hago ahora.
-¿Qué proyectos de futuro tiene?
-Para septiembre voy a sacar mi segundo disco que es de música de nuevos compositores para percusión electrónica. El disco se titula Diáspora. Novas músicas de aquí e de acolá y lleva todo obras de compositores gallegos. Después, a nivel artístico y académico estoy trabajando en un programa de doctoramiento, recuperando catálogos de obras de un compositor de música contemporánea de Vigo. Lugo está lo de siempre, más conciertos, mirar nuevos métodos para aplicarlos a los conciertos. Otro proyecto que se me olvidaba es que ahora, en el mes de agosto, voy a participar en el Fórum de Arte Contemporánea en Letonia, que es a principios de mes.
-¿Cómo ves el nivel musical de la zona?
-Pues, yo te puedo hablar a nivel Galicia. Recientemente, estuve nominado a los premios Martín Códax da Música y la verdad es que Galicia, en todas las secciones que había y en todas las diversidades estilísticas que tenemos de música hecha en Galicia, disfrutamos de un nivel increíble. Hay artistas gallegos que se están codeando con otros artistas de otros países y que estamos dando conciertos en otros países. Estamos en un nivel muy alto en Galicia.
