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Prevención de incendios, salubridad y ornato en los núcleos urbanos

La amenaza de multa, única medida efectiva para los solares con maleza

Las sanciones pueden llegar a los 6.000 euros si el expediente se eleva a la Xunta - Hasta la fecha, los gobiernos dezanos no han impuesto multas, pero coinciden en que los dueños de las fincas esperan a desbrozar hasta el segundo requirimiento - Evitan, así, que los propios concellos limpien la parcela y les remitan la factura con los gastos - Muchos tampoco cumplen el vallado

Es una estampa que se repite año tras año cuando arranca el verano: fincas en pleno casco urbano o al lado de núcleos rurales cubiertas de malas hierbas, zarzas u ortigas y en las que se crían roedores, culebras y alguna que otra víbora. Hay tres normativas autonómicas que abordan la gestión de la biomasa de estos solares y terrenos para evitar la propagación de fuegos: la Lei de Prevención e Defensa contra os Incendios Forestais (de 2007), La Lei de Montes (2012) y la nueva Lei do Solo (2016). Es la tercera la que establece sanciones de entre 300 y 6.000 euros a propietarios que omitan o incumplan normas sobre usos, obras y actividades en suelo urbano y rústico.

Hasta ahora, ninguno de los seis municipios de Deza tuvo que imponer una multa a los propietarios de estos solares, pero también es cierto que los dueños estiran los plazos hasta el máximo, hasta el trámite previo a la incoación de un expediente. De hecho, los bandos que emiten los concellos -normalmente ya en mayo, como fue el caso de Agolada- indican que las parcelas deben estar limpias antes del 30 de junio. Esa fecha ya pasó y, como puede comprobarse, muchos solares son dignos de someterse a un ensilado. Algunos, están en venta desde hace tiempo, otros ven pasar los años sin que se edifique sobre su suelo.

En Lalín, el año pasado se emitieron 130 notificaciones para el desbroce de fincas pegadas a cascos y núcleos. La edil de Medio Ambiente, Celia Alonso, explica que el proceso que se sigue es que, si se producen reclamaciones de vecinos, se localiza el propietario, que no siempre reacciona de buen modo. Se le envían hasta dos requerimientos y, si el dueño continúa haciendo caso omiso, se abre un expediente sancionador. El año pasado se dio un caso con una entidad bancaria, que al final accedió a paralizar el expediente y adecentó la finca. Se salvó, así, de pagar una multa de 750 euros que establece el concello, pero que, como decimos, puede dispararse a los 6.000. "Los avisos que estamos notificando ahora son por predios próximos a viviendas y granjas", explica la edil.

Los propietarios se enfrentan a una multa y, también, a tener que abonar la factura de trámites administrativos y gastos de desbroces, si tiene que ser el concello el que realice la limpieza de forma subrogada. Tampoco se ha llegado a este extremo en ninguno de los seis concellos dezanos, pero es verdad que, aún sabiendo la existencia del bando "los titulares siempre piden prórrogas", explica Alonso.

Es algo en lo que coincide el regidor de Rodeiro, Luis López. "Siempre son las mismas fincas", explica, "aunque a la larga sus dueños las terminan limpiando, siempre les cuesta". También es frecuente que deseen saber quién se quejó al concello. El problema estriba en cierta dejadez de los dueños, es verdad, pero muchas veces también ocurre que la parcela en cuestión aún está a nombre de una persona ya fallecida y hay varios herederos, o que sus propietarios residen fuera. De ahí que los requerimientos tarden en surtir efecto.

Y mientras verano tras verano suelen ser siempre las mismas parcelas las que se rinden al abandono y al curso de la naturaleza, las protestas de los dueños de inmuebles aledaños va cada vez a más. "El reciente incendio de Pedrógao Grande, en Portugal, ha sensibilizado mucho a los vecinos", apunta López. Por eso las denuncias afectan por igual a solares en áreas de los cascos urbanos y a fincas rústicas muy próximas a los núcleos habitados. Es lo que ocurre en Vila de Cruces, donde la maleza es una amenaza mayor en el rural que en el casco urbano. Por eso, el bando de este Concello es, con diferencia, el más completo de la comarca: indica que hay que retirar la maleza, así como rarear y podar el arbolado en una franja de 50 metros de núcleos, casas aisladas, equipamientos sociales, parques e instalaciones industriales. En los primeros 30 metros no habrá especies que favorezcan la propagación de las llamas, como pinos, acacias, eucaliptos, tojos y retamas. "Si el Concello tiene que asumir de forma subrogada estos trabajos de limpieza, quizá al dueño le salga más caro que la propia multa que le puede caer", estima el regidor, Jesús Otero. Fue precisamente la Lei de Montes la que rebajó estas distancias para preservar la seguridad de núcleos, pues antaño se manejaba la retirada de maleza en una franja de 100 metros y podía haber especies pirófitas a 50 metros de viviendas y demás edificaciones.

Está claro que, aunque a regañadientes, los dueños de las fincas acaban limpiándolas para evitar un gasto mayor. Pero esta limpieza es algo que también conviene a la administración local, no sólo por estética y salubridad, sino porque, si ya hay dificultades para localizar a dueños de varias parcelas, esos mismos problemas van a repetirse a la hora de determinar a quién se le pasa la factura con los gastos.

Informes de la Policía Local

También es verdad que cada municipio lleva un ritmo diferente a la hora de controlar aquellas parcelas que pueden convertirse en foco de roedores y, en último caso, de un incendio causado por una colilla o una gamberrada. Desde el Concello de Dozón, indican que en los próximos días se emitirá un bando recordando a los vecinos la obligación de desbrozar en las inmediaciones de núcleos habitados, al igual que se hizo en anteriores años. Silleda, sin embargo, ya abrió varios expedientes en las últimas jornadas en los que se alerta de posibles sanciones si no se cumple con la ordenanza de limpieza y de vallado de solares así como con la citada Lei de Prevención e Defensa de Incendios. La instalación de vallas en esas fincas en las que no se edifica sirve, sobre todo, para evitar la acumulación de basuras.

Silleda remite los avisos a los propietarios de fincas "a monte" tras el informe que elaboran los agentes de la Policía Local. Y si en Lalín una de las zonas que cada año levanta las quejas vecinales es una parcela en la rúa Melide, en Trasdeza ya es normal que las hierbas y las zarzas campen a sus anchas, año tras año, en varios solares tanto de la Rúa Outeiro como en la Avenida da Estación.

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