La Xunta dio ayer luz verde al Pladiga 2017, ante el inicio, mañana, de la campaña de alto riesgo de incendios. El documento contempla 195 municipios declarados como zona de alto riesgo de incendios (ZAR), y en el listado figuran los nueve concellos de las comarcas, integrados en el Distrito Forestal XVI. A decir verdad, en la provincia solo quedan fuera de esta declaración cuatro ayuntamientos: Cuntis, Moraña, Campo Lameiro y Ribadumia. Así pues, en estas ZAR se llevarán a cabo labores más intensas de vigilancia, disuasión e investigación en caso de que se produzcan fuegos forestales. Por otra parte, pretende poner en marcha un programa piloto que compruebe la seguridad de aquellas instalaciones destinadas a preparar alimentos usando fuego, y ubicadas normalmente en áreas recreativas.

La idea de la Xunta es, además, analizar la evolución de la actividad incendiaria en aquellas parroquias que en los últimos 10 años registraron una media de 30 o más incendios entre el 15 de febrero y el 15 de abril (una época en la que se incrementa el número de incidentes) o de 40 o más entre el 1 de julio y el 30 de septiembre.

Y es que hay dos parroquias en el distrito, ambas en Dozón, calificadas como de alta actividad incendiaria. Son Santa María de Dozón (con 28 incendios en los últimos cinco años y 140,86 hectáreas ardidas en la última década) y Bidueiros (con 19 fuegos y 117,41 hectáreas). Ambas, como las otras 71 incluidas en el listado, padecieron fuegos reiterados o de gran virulencia, de modo que además de someterse a una vigilancia exhaustiva se controlarán tanto las actividades que se realizan en sus montes como el destino de las ayudas públicas y, por supuesto, queda prohibido el pastoreo en las zonas quemadas. A modo de anécdota, en esa relación de 73 parroquias ya no figuran 3: Castro de Escuadro (en el concello ourensano de Maceda); San Mamede de Trives (en A Pobra de Trives, también en Ourense) y As Neves, del concello pontevedrés del mismo nombre.

Según los datos del Pladiga, el distrito XVI cuenta con tres torres de vigilancia, en San Sebastián, (en Moalde, Silleda) Lamasgalán de Arriba (Forcarei) y la cumbre de Madanela (en Carbia, Vila de Cruces). Hay otra en la Serra do Faro, pero ya en el límite entre Rodeiro y Chantada. Silleda es, además, la única base de helicópteros. En todo el distrito se disponen de 38 puntos de acopio de agua para este tipo de medios, pero existen otros 141 en los que pueden abastecerse motobombas, cisternas y demás vehículos de lucha contra el fuego. Las isocronas aéreas que maneja el Pladiga para esta base de helicópteros marcan un plazo máximo de 10 minutos para llegar a las zonas más alejadas del distrito, como las parroquias de A Estrada ya colindantes con el municipio de Valga o la citada frontera de Camba con Chantada.

Casi 1.200 efectivos

En la época de alto riesgo de incendios, la Xunta contará con 1.197 efectivos en la provincia de Pontevedra, entre los que proceden de la administración autonómica y los que aportan los municipios. Así pues, se cuenta con 485 efectivos, entre funcionarios, laborales fijos y laborales discontinuos tanto de 9 como de 3 meses. A ellos se suman otras 146 personas contratadas a través de empresa pública y para medios aéreos. La cifra se completa con 566 efectivos que aportan los municipios: 57 jefes de brigada y otros tantos peones conductores; 200 peones; 42 conductores de motobomba y, dentro de los Grupos de Emerxencias Supramunicipais (GES), 21 jefes de brigada y 79 bomberos. A ellos se suman 110 bomberos de parques municipales o comarcales. En cuanto a medios, el estado aporta entre 1 y 3 helicópteros de vigilancia, la Xunta cuenta con 5 y con entre 43 y 45 motobombas y cisternas, a las que se suman las 42 motobombas municipales, de GES y de los parques de bomberos.