En A Estrada, los detalles de la Operación Captor eran ayer el centro de todas las conversaciones mientras que los profesores del García Barros volvían a mostrarse herméticos, como ya habían hecho en mayo cuando trascendió que el "hackeo" de los correos de docentes para hacerse con los exámenes era un "secreto a voces" de los que los profesores fueron los últimos en enterarse. Así se desprendía, tal como publicó FARO el 30 de mayo, de la respuesta que la directora del centro dio a un escrito de la Federación Provincial de APAS (Fanpa) que criticaba la suspensión del acto de despedida de segundo de Bachillerato decidida por el claustro pocos días antes, tras conocer y denunciar el "hackeo" de cuentas de correo de numerosos docentes. Aunque esto venía sucediendo "de mucho tiempo atrás", según le dijo entonces la directora del IES García Barros a Fanpa y los profesores tenían la convicción de que "todo el alumnado y muchas familias" lo sabían, los profesores no se percataron hasta que "una importante cantidad" de ellos empezaron a recibir avisos de accesos a sus cuentas corporativos de correo electrónico desde otros equipos informáticos no autorizados".

La investigación emprendida por la Guardia Civil descartó que las contraseñas de los correos se hubiesen quedado memorizadas en los equipos de las aulas. Luego, incluyó un análisis pormenorizado de todos los ordenadores y pudo constatar que los equipos de primero y segundo de Bachillerato, de cuarto de ESO y las aulas informáticas tenían instalado un "software" ilegal que registraba las pulsaciones realizadas en el teclado, generando y memorizando un fichero de texto con todo el contenido. A continuación, el instituto armado averiguó los números IP identificadores de los equipos desde los que se accedía a las cuentas corporativas de profesores y a los de las aulas virtuales. Fue así como identificaron a los alumnos del García Barros implicados.

La Guardia Civil considera que al acceder a los correos de los docentes lo que querían era lograr "los exámenes del mayor número posible de asignaturas" Si unos fueron detenidos y otros investigados fue por que la Benemérita valoró las distintas responsabilidades que, a su juicio, tenían dentro del "grupo perfectamente organizado, jerarquizado y con las misiones perfectamente distribuidas" que entiende que formaron. Los detenidos serían los "principales responsables de la organización y los encargados de recopilar las contraseñas, acceder a los correos y sustraer los exámenes". Los investigados, de acuerdo con las conclusiones de la Benemérita, se ocuparían de distrbuir los exámenes "a través de las redes sociales, fundamentalmentepor medio de tres grupos de WhatsApp".

A todos ellos, detenidos e investigados, el Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Lalín les atribuye la "presunta comisión de un delito de pertenencia a grupo criminal, revelación de secretos y contra la intimidad y dos delitos de estafa", puesto que pudo demostrar que hicieron dos compras a través de internet, cifradas en 400 euros, usando el número de cuenta de una tarjeta bancaria obtenido en el correo de uno de los profesores afectados".