De escándalo gravísimo y lamentable. Así tildó ayer el cuatripartito de Lalín el tener que enterarse por la prensa de que el Sergas desiste de construir el Centro de Alta Resolución (CAR), para el que la Xunta y el Concello (entonces con el PP al frente) habían firmado un pacto en enero de 2011. De hecho el alcalde, Rafael Cuiña, avanza que "no sé si tendremos que denunciar el convenio", un aspecto sobre el que también se manifestó el líder del PSOE y edil de Saúde Pública, Nicolás González Casares.

En ese acuerdo Lalín cumplió su parte, al gastar en torno a 356.000 euros en expropiaciones y convenios para hacerse con los terrenos en Alto de Vales. Sin embargo desde la Xunta "se nos mintió hace un año", apunta Cuiña, al recordar que por entonces el conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuiña, afirmaba que había una hoja de ruta para el proyecto. Hace un año, también, el portavoz del PP de Lalín, José Crespo, aseguraba que desde la Xunta se activaría un estudio para concretar las necesidades del futuro CAR. "O la Xunta le mentía a Crespo o Crespo le mentía a los lalinenses", añade el regidor. Ahora, el gobierno se pregunta qué ocurrirá con unos terrenos que se pagaron con recursos propios y "quién va a hacerse cargo de esa estafa a los ciudadanos".

Poco, o nada, se ha avanzado desde esas declaraciones. Es más, Sanidade hace oídos sordos a la petición de un encuentro con el conselleiro, formalizada hace 15 días. Ante este silencio, Cuiña pedirá un encuentro directamente con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

Para el cuatripartito, la decisión que la Xunta hizo pública de forma no oficial anteayer a preguntas del BNG en el Parlamento tiene el objetivo de "marginar en lo que pueda a este gobierno, sin importante la salud de los lalinenses", según González Casares que, sin salir del área sanitaria, pone como ejemplos de esta política destructiva la supresión de plazas de personal en el ambulatorio o el cierre de radiología durante las vacaciones, por no mencionar que se hizo caso omiso de la moción para la hospitalización a domicilio. El portavoz del BNG, Francisco Vilariño, va más allá y recuerda que éste no es el primer desplante de la Xunta para con Lalín, ya que esta decisión se suma a a otros inclumplimientos como el centro de día o el edificio de Medio Rural. "No se puede jugar a ser gobierno y oposición", sentenció el concejal.

Vilariño anunció que, al margen de los pasos institucionales y legales que vaya a dar el cuatripartito, en breve (a partir de la próxima semana) se contactará con sindicatos, la AED y demás asociaciones y colectivos "para sumar fuerzas" contra la decisión de la Xunta y exigir que cumpla con su compromiso. Cuiña, en este sentido, no contempla una manifestación, pero Vilariño sí lo hace.

El PP lalinense, por su parte, ayer rehusaba pronunciarse y se limitaba a señalar que estaba a la espera de contactar con el conselleiro. Para los cuatro partidos del ejecutivo local, es más que evidente que Crespo y su equipo estaban al tanto de la decisión de la Xunta, lo que desvela que "sus intereses no son los lalinenses", según la portavoz de APAC, Lara Rodríguez.

En el último pleno, los populares apoyaron la moción del cuatripartito en la que apremiaba la construcción del CAR. Días después Cuiña remitió una carta a Sanidade en la que demandaba esta infraestructura. "Se rieron de nosotros, porque seguro que ya conocían la intención de la Xunta", reflexiona Cuiña, en alusión al PP local. El cuatripartito volverá a llevar una moción sobre este complejo, pero con otro cariz.

En la misma línea se manifiestan González Casares y Vilariño, ya que Crespo, "alto preboste del PP" cuenta además en el Consello de la Xunta con un vecino, el titular de Educación, Román Rodríguez, al que además se le reprocha "ejercer de anti lalinense cada vez que puede", en palabras del portavoz del Bloque. Así que una de dos, o Crespo estaba al tanto de la situación desde hace tiempo "o no le llegan las informaciones". Sea cual sea la realidad, desde el gobierno de concentración se aguardan, desde ya, explicaciones del PP de Lalín.

El rechazo al CAR pone fin a 10 años de "incumplimientos del PP" y también de un tira y afloja entre dos administraciones, sobre todo cuando fueron (o son) de distinto color político. En 2006 y con el bipartito en la Xunta, el entonces alcalde José Crespo insistía en la necesidad de un hospital comarcal. Fue ahí cuando el gobierno autonómico se planteó un Centro de Alta Resolución, que en 2009, y ya con el PP de nuevo en la Xunta, se incluiría en el plan funcional del CHUS y dos años más tarde se firmaba el convenio entre Crespo y la entonces conselleira Pilar Farjas. El proyecto incluía un ambulatorio, Punto de Atención Continuada (PAC) y servicios de atención especializada. Estas dotaciones, no obstante, se rebajaron de forma notable en el protocolo que se suscribiría en 2015.