Hace mucho que la Feira Internacional Abanca Semana Verde de Galicia dejó de ser un sinónimo estricto del mundo agropecuario y ganadero. El certamen de muestras se transformó conforme lo hacía el mundo rural, que supo diversificar sus propuestas convirtiéndose en un reclamo turístico y de ocio. Así es que en las últimas ediciones uno puede ver exposiciones de razas de ganado, sí, pero también descubrir que el entorno natural sirve para practicar deportes como la caza y pesca, el tiro con arco o, simplemente, para darse cuenta de que el medio ambiente es un patrimonio natural que hay que proteger del impacto de la actividad humana.

En esta función integradora que tiene la Semana Verde a la hora de contemplar todas las posibilidades del rural, toma especial importancia la Consellería de Medio Ambiente. Desde la Dirección Xeral de Patrimonio Natural se proponen actividades para concienciar a las generaciones más jóvenes, como la visualización de imágenes de cielos nocturnos de diversos puntos de Galicia, talleres sobre cetáceos y aves marinas o aulas para entender el papel de los bosques en la conservación de los ecosistemas. Habrá, además, artesanía en paja o terapia canina, que ayudarán a entender hasta qué puntos es beneficioso el convivir con una mascota.

Pero, si hablamos de una feria integradora, también hay que tener en cuenta al público que acude a ella y a sus necesidades. Así es que durante los cuatro días que dura el certamen se despliega un importante programa de eventos para los niños, con hinchables en el triángulo, animación en stands de expositores como Eroski y Gadis, por ejemplo. Y, cómo no, se cuenta también con la visita de numerosos asociaciones que trabajan con personas con diversidad funcional, como Cogami y su centro de recursos de Medelo, en Silleda, o Aspadeza, que presentó un proyecto en Agader.