Quizá no puedan ganar la batalla contra el libro electrónico, pero las bibliotecas siguen convirtiéndose, cada fin de curso, en un auténtico hervidero de usuarios, entre alumnos que preparan sus exámenes, su acceso a la universidad y este junio, también, de aspirantes a una plaza de profesor no universitarios en las oposiciones que arranca a finales de mes.
La práctica totalidad de las bibliotecas municipales de Deza y Tabeirós-Montes se integran en la Rede de Bibliotecas de Galicia, lo que les permite optar a ayudas económicas con las que mejorar sus colecciones y albergar actividades de dinamización, dentro del programa Ler Conta Moito. Según los datos del año pasado, las bibliotecas abiertas en la zona cuentan con 71.273 volúmenes, entre ejemplares de ciencia ficción y de conocimiento. En líneas generales, predominan las obras de divulgación frente a las novelas. La biblioteca municipal de Lalín es, con diferencia, la que dispone de más fondos, con 14.843 volúmenes para la divulgación, casi el triple de los 5.112 de ficción. Sin salir de Deza, también hay que destacar las casi 13.700 obras de la biblioteca Daniel Castelao, de Silleda, con 6.608 títulos de ficción y 7.16 de conocimiento. Pese a que tiene el doble de población, A Estrada cuenta con una biblioteca municipal con menos fondos que la de Trasdeza. El centro Mario Blanco roza los 12.500 ejemplares, entre los 6.108 de ficción y los 6.351 divulgativos.
La Rede de Bibliotecas de Galicia ofrece datos también de la biblioteca Neira Vilas, de Cruces, la de Soutelo de Montes, en Forcarei, y las dos de Cotobade-Cerdedo. La biblioteca cruceña ofrece a sus usuarios 4.316 volúmenes de narrativa y otros 7.898 de conocimiento, mientras que en Soutelo de Montes la proporción es d e 3.547 y 4.546. En Terra de Montes, la municipal Rodríguez Fraiz, de Cerdedo, suma sólo 11 volúmenes de ficción y 4.286 de conocimiento y la de Tenorio, de Cotobade, tiene con 767 y 3.282, respectivamente.
Las bibliotecas de la red, como se indicó, pueden optar a una subvención para incrementar sus fondos o actualizarlos. Durante el año pasado, la Xunta concedió un total de 11.576 euros a las bibliotecas de cuatro municipios, todos ellos dezanos. Lalín recibió 3.386 euros para adquirir novedades editoriales, mientras que Silleda percibió 2.031 para el mismo concepto. Rodeiro, sin embargo, obtuvo 1.354 euros para novedades, pero también otros 1.109 para mejorar colecciones. Vila de Cruces también accedió a una ayuda para los dos conceptos: 2.031 para libros recién editados y 1.664 para actualizar sus antologías.
Y, de vuelta a la batalla con la era digital, a las bibliotecas no les queda otra opción que sumarse a las prestaciones de la conexión a internet. Los informes anuales de la Rede de Bibliotecas de Galicia solo disponen de datos de Silleda y Vila de Cruces en cuanto a número de conexiones a internet. En Trasdeza se contabilizaron durante el año pasado 1.730 conexiones, frente a las 1.446 de 2015. Se distribuyen entre las 1.508 en puestos fijos de ordenador y otras 222 a través de wifi. En Vila de Cruces también aumenta el volumen de consultas a través de la red, al pasar de 220 a 327. Pero es que en ambos casos, todas fueron a través de un puesto fijo. Silleda contabilizó 82 usuarios de internet, mientras que Cruces se queda en los 19.
