Los robos en explotaciones agrícolas y ganaderas se situaron el pasado año 2016 en sus niveles más bajos en la provincia de Pontevedra desde el inicio de la crisis. Durante el pasado ejercicio, Interior contabilizó un total de 53 robos en el campo, 16 menos que en 2015 y un 67% por debajo de los niveles que se registraron en los años más duros de la crisis, concretamente en 2013, cuando se alcanzaron un total de 165 sustracciones en toda la provincia,es decir, una cada dos días.
La mala situación económica disparó los robos en este tipo de explotaciones del rural entre 2011 y 2014, cuando las fuerzas de seguridad incluso volvieron a detectar un fenómeno no visto desde hacía décadas como era el robo famélico de pequeños animales de granja. En la Comisaría de Pontevedra se recogían denuncias por el robo de cultivos y también de gallinas e incluso de un ternero. Una situación que llevó al Ministerio a situar en Pontevedra una de las unidades especializadas en este tipo de robos, el grupo ROCA, en la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra. Una unidad que prestaba especial atención a las zonas del interior de la provincia. Así, en 2012, 2013 y 2014 se alcanzaron estos picos que situaban el número de robos en explotaciones del rural en 158, 165 y 96 a lo largo de estos años, hasta sufrir un acusado descenso para pasar a 69 en 2015 y finalmente 53 en 2016.
En la comarca de Pontevedra hubo colectivos especialmente afectados por estos robos en el rural. Por ejemplo, los apicultores mostraron públicamente su malestar por los continuos robos de colmenas que sufrían en sus explotaciones. Otro sector muy afectado fue el hortícola así como el vitivinícola, en donde se llegaron a denunciar el robo de cepas enteras de albariño. No obstante, desde los sindicatos agrarios lamentaban no el robo de cultivos en sí, sino los daños causados por los ladrones en las plantaciones.
En la mayor parte de las ocasiones no se registraba el ya citado robo famélico, sino que lo que buscaban llevarse los cacos eran herramientas, instalaciones como motores de riego o incluso cable de cobre de las instalaciones eléctricas.
Afortunadamente, parece que esta oleada de robos en las explotaciones ganaderas, al menos en el aspecto estadístico, parece ir remitiendo no solo en Pontevedra sino que en toda España y en Galicia. En la comunidad autónoma se pasó de un pico de 466 robos en 2012 a los 259 del pasado año y en el conjunto del Estado de los 24.000 robos de 2014 a los 15.100 del pasado ejercicio. Con todo, el ritmo al que descienden las sutracciones a nivel estatal y gallego es menor que en la provincia de Pontevedra, con una caída del 37%.
