El fiscal coordinador contra el terrorismo yihadista de la Audiencia Nacional, Vicente González Mota, participó ayer en las jornadas sobre "Terrorismo Yihadista: Análisis y Riesgos", celebradas en la Academia Galega de Seguridade Pública durante el miércoles y ayer y dirigidas a guardias civiles, policías, personal de instituciones penitenciarias y Protección Civil de Galicia. Analizó las respuestas judiciales a esta problemática. Dar con quienes planifican los atentados más que perseguir a quienes lo perpetran es el objetivo con el que trabajan. González Mota considera que por su experiencia con la banda terrorista ETA, la sociedad española demuestra un alto grado de madurez en esta materia.
-¿Cuál es el marco legal establecido para la lucha antiterrorista?
-La última resolución de las Naciones Unidas habla de la necesidad de evolucionar respecto a la amenaza de lo que se llama "terroristas extranjeros", personas que van a combatir a Siria, a Irak o a territorios donde hay organizaciones terroristas y luego vuelven a la Unión Europea. Ahí hay una evolución, hay una nueva directiva en el marco de la Unión Europea en la que figura una respuesta de carácter preventivo, de tal forma que el éxito no es tanto el perseguir a los responsables de un atentado sino a quienes están preparando o planificándolo para poder actuar contra ellos, antes, naturalmente, de que el atentado se produzca. Existen figuras penales como el adoctrinamiento, el viajar a territorio extranjero para entrenarse, las figuras de financiación, etc. Somos un país que, desgraciadamente tiene experiencia en la lucha antiterrorista, pero debemos adaptarnos a esas figuras que nos permitan anticiparnos antes de tener que sufrir las víctimas.
-Precisamente, en la inauguración de las jornadas el presidente de la Audiencia Nacional aseguró que es más difícil luchar contra el terrorismo yihadista que contra el de ETA. ¿Comparte su opinión?
-Después del atentado de marzo de 2004 ha habido una gran evolución y trabajo. Hay que adaptarse siempre a las nuevas circunstancias. Para mí, más que una situación difícil, es un reto y un estímulo para poder responder, dentro de los parámetros del Estado de Derecho, frente a esta amenaza terrorista. Porque lo que no es sostenible es que no haya actividad de defensa del ejercicio de la vida en democracia, en respecto de derechos, de que no tengamos instrumentos. Sí tenemos instrumentos, tenemos que adaptarnos y la vida siempre es cambiante y siempre es un reto evolucionar. ETA fue un problema muy grande que todavía no ha terminado de resolverse. La organización no se ha disuelto. Los responsables de asesinatos no han cumplido todavía sus responsabilidades y nos enfrentamos a un nuevo fenómeno que nos debe motivar, naturalmente, a seguir trabajando por la seguridad de los derechos de nuestro país.
-¿Tenemos realmente hoy en día medios suficientes para luchar contra el yihadismo?
-Tenemos la determinación suficiente; los medios hay que ponerlos en función de lo que se necesita. No debemos escudarnos en suficiencia de medios o no. Debemos trabajar para responder y luego los medios los deberemos pedir, pero yo nunca he sido de la opinión de que nos podemos escudar en la trama instrumental. Esos medios deben mejorarse, como, de hecho, se está haciendo, con la especialización de las unidades policiales, que están haciendo un magnífico trabajo, con más traductores, con más analistas y con más instrumentos legales, que yo creo que ahí sí que está habiendo una evolución.
-En este sentido ¿qué mensaje le trasladaría al ciudadano de a pie, en medio de la preocupación latente ante las amenazas?
-Creo que la sociedad española, que tiene una trágica experiencia en materia de terrorismo -hemos sido víctimas de una organización durante muchos años-, ha dado tradicionalmente un mensaje de seriedad. No se ha confundido el terrorismo con la religión. Sufrimos en marzo de 2004 el peor atentado de Europa, con 192 muertos- creo recordar-, casi 2.000 heridos e infraestructuras atacadas y nadie se ha tomado la justicia por su mano. Pasó lo mismo con ETA. La sociedad española no reaccionó confundiendo los terroristas con otros conceptos y eso refleja una madurez que nos es un estímulo a los que tenemos cierta responsabilidad en esta materia, un estímulo para tratar de trabajar más y mejor.
-De entre los casos que le ha tocado llevar hasta el momento, ¿hay alguno que le sorprendiese por su dureza o peculiaridad?
-Todos son duros, porque detrás de la palabra terrorismo hay víctimas y cada persona merece ser tratada no como un elemento de ningún tipo de conflicto sino como un ser humano que ha sufrido por vivir en democracia y por ejercer sus derechos. Todos los casos te dejan algo.
-¿Qué papel juegan jornadas como estas en las que participa en la formación de los agentes implicados en la lucha contra el terrorismo yihadista?
-Vengo a aportar mi grado de experiencia. La valoración la harán, naturalmente, los asistentes. Desgraciadamente, no son unas jornadas teóricas, sino sobre una situación real que estamos sufriendo en Europa.
-¿Y cuál es la situación de Galicia en este contexto? ¿Estamos más o menos expuestos que otros territorios al objetivo yihadista?
-No creo que haya una diferencia. Galicia comparte con Europa ese marco de comunidad de derecho, de comunidad de libertades, de igualdad entre hombres y mujeres que sitúa a Galicia, España y Europa dentro de la misma coordenada, en mi opinión.
