Por otra parte, el aparcamiento del Pazo de Liñares suscita quejas de los usuarios por las dimensiones de las canalizaciones de evacuación de aguas pluviales que lo atraviesan. La amplitud y profundidad de las gabias hace que los coches tengan que detener prácticamente la marcha y, aún así, algunos no se libran de rascar sus bajos en el suelo.

El estacionamiento fue acondicionado recientemente, pero ya han sido varios los usuarios que han protestado por las características de las canalizaciones. De hecho, ayer mismo, la concejala del PP Raquel Lorenzo comentaba las dificultades que podría suponer el tránsito y estacionamiento de los coches clásicos, que visitarán el pazo en su próxima ruta.