Amenazaba con llover. Pero la fe mueve montañas. Y los devotos de San Benito de Pardesoa acudieron ayer puntuales a la primera cita del año con su benefactor. Desde las 8.30 horas de la mañana hasta el mediodía, el santuario donde se honra al santo albergó un goteo incesante de fieles.

Entre los más madrugadores se encontraba precisamente quien ofició la primera misa: el párroco de Castrelos (Vigo), Ramiro Lamas. Según explicó el actual párroco, Lamas era sobrino del sacerdote que atendía la parroquia forcaricense de Pardesoa hace más de 50 años, antes de que se hiciese cargo de la misma el párroco jubilado José Pérez Bértolo. Siempre llevaba a su madre a la romería y él mismo se ha convertido en un incondicional de San Benito tras alcanzar una gracia del santo. Por eso, ayer, se comprometió con Retamozzo a ser el predicador de la romería grande de San Benito, la de verano, que tendrá lugar el próximo 11 de julio.

Misa del párroco jubilado

Asimismo, como hizo durante más de medio siglo, también acudió ayer a la cita con San Benito el párroco jubilado, brindándole a los feligreses la alegría de saludar a su querido "Don José" y de asistir a la misa más concurrida de la jornada, la que se encargó de oficiar a las doce de la mañana.

Para entonces, otros referentes de la celebración -Francisco Álvarez Pérez y José Janeiro Janeiro- ya le habían realizado a innumerables devotos el tradicional ritual de imposición de una antigua imagen del santo sobre cabeza y hombros, acompañándolo de la cantinela "San Benito te favoreza e te libre de males extraños".

También el sacristán Tino Agulla puso su granito de arena al ceremonial que lleva aparejado la romería, dando a besar al final de cada misa la reliquia del santo.

A este le siguen lloviendo las peticiones de curación de enfermedades como el cáncer y de todo tipo de lesiones cutáneas como las verrugas. Muchos fieles optan para ello por llevarse el aceite de oliva que arde en el local anexo a la iglesia, junto a numerosas velas y velones. El responsable de su venta, Alfredo Barros, explica que los velones tienen más demanda.

No obstante, en las misas de ayer -especialmente en las de media mañana, cuando el sol se asomó entre las nubes e iluminó un día que había comenzado con una leve llovizna- también hubo muchos devotos que portaban velas encendidas.. Tras colocarlas luego en el local anexo, muchos sucumbían a la tentación del llamativo merchandising puesto a la venta por la comisión de fiestas. A las tradicionales estampas le ha salido competencia. Ahora, la imagen del santo puede llevarse en una visera, una camiseta, un paraguas (incluso de encartar, apto para guardarlo en el bolso), en un dedal o incluso en una taza para el desayuno. Y para las más coquetas, toda suerte de pulseras y anillos.Por haber, hasta había corazones para cuna o carrito de bebé y velas electrónicas.