Muchos de los concellos de la zona han pasado en los últimos años de ser territorios acogedores de extranjeros a ver cómo sus vecinos se han marchado a otros países, entre ellos mucha gente joven con alta formación, para buscar trabajo. Otros lo han hecho dentro de las fronteras españolas, aunque éstos no figuran evidentemente en los balances del PERE. Si comparamos los datos de empadronados en las comarcas residentes en el extranjero entre 2009 y 2016 se constata que son 4.342 más. En este registro se incluyen descendientes que puedan estar fuera pero empadronados en cada una de las localidades de la zona. Con todo, el padrón de residentes fuera de España, en el caso de Lalín, ha subido en 1.118 personas desde que comenzó la crisis. Es el concello donde más aumenta, seguido de A Estrada, con 1.004 ciudadanos más en el extranjero en el transcurso de estos siete años. En Silleda son ahora 506 más y 346 en el caso de Vila de Cruces. Porcentualmente donde más sube este censo es en Rodeiro, con 458 personas a mayores. La diferencia en Agolada es de 173, mientras que el PERE en Dozón se ha visto incrementado en un total de 118 ciudadanos. En Forcarei son 348 más y en Cerdedo 271 a mayores.