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Proyecciones demográficas

El saldo vegetativo de las comarcas en la próxima década será negativo en cerca de 8.000 personas

La previsión de nacimientos se sitúa en 3.353, mientras que los decesos ascenderán a 11.281 -Representa el 17% de la provincia -Hasta 2020 no vendrán más vecinos a Deza y Tabeirós de los que emigran cada año

Un grupo de usuarios del centro social de Lalín en la cafetería del inmueble. // Bernabé/Javier Lalín

La crisis demográfica es, desde hace mucho tiempo, uno de los problemas de las comarcas. En Deza y Tabeirós están algunos de los concellos de la provincia con una población más envejecida y si a esto sumamos el moderado índice de nacimientos y un saldo migratorio negativo en gran medida a consecuencia de la crisis económica, podemos darnos cuenta de que las previsiones a medio plazo no son ni mucho menos optimistas. No lo son para la gran parte del territorio gallego y tampoco para unas comarcas de interior como Deza y Tabeirós-Montes, que como otras de la geografía gallega no forman parte de la franja atlántica.

La situación es poco alentadora si se analizan las proyecciones del Instituto Galego de Estatística (IGE) para los próximos diez años. Entre 2016 y 2026, atendiendo a este estudio, en los nueve municipios de la zona nacerán 3.353 niños, mientras que los decesos se dispararán hasta los 11.281. En consecuencia, en una década las comarcas tendrán un saldo vegetativo negativo de casi 8.000 personas. Si bien estos dos parámetros solo nos sirven para identificar la población que se perderá por fallecimientos y los nuevos empadronados por nacimientos, el IGE también calcula los saldos migratorios anuales. Así las cosas, en principio hasta 2020 las comarcas no empezarán a recibir más residentes de los que emigran. Y, en todo caso, en una década este censo no alanzará ni los 150 casos. El saldo vegetativo negativo en 7.928 personas representa el 17% del total de la provincia, una vez que en Pontevedra entre 2016 y 2026 se prevé que nazcan 60.178 niños, mientras que los fallecidos serán 105.911.

Analizando los datos por años hay que destacar que para el pasado 2016 la previsión de nacimientos era de 364 niños, mientras que los óbitos serían 1.048. Bien por la recuperación económica o por otros factores, el pasado curso es para Estatística el peor todavía en la balanza migratoria, con 35 personas más que dejan las comarcas de las que vienen a vivir. A partir de ahí se marca una tendencia favorable, pues para este año la el saldo sigue negativo en 9 casos y en dos y tres respectivamente en 2018 y 2019. Ya en 2020 se prevé que haya una decena más de inmigraciones que migraciones, que serían cuatro un año después y 13, 31 y 24 en los sucesivos. Se llegaría a 2023 con 31 inmigrantes más de los vecinos que dejan las comarcas y en los tres años sucesivos los balances serían positivos en 34, 56 y 50 casos.

Si retomamos el fenómeno de nacimientos frente a decesos en la próxima década hay que destacar que en ningún año el número de los bebés empadronados será superior a los 256. Y este dato es precisamente el referido a 2026. Aquí hay un dato muy relevante, pues la tendencia que dibuja el informe estadístico determina que los nacimientos proyectados entre 2016 y los diez años siguientes será una constante a la baja; de hecho y a la espera de conocer los datos del pasado curso, en los últimos doce meses se preveían 634 nuevos bebés. Hasta 2021 se mantendría la barrera de los 300 alumbramientos anuales. A menos nacimientos, el saldo vegetativo cada vez tendrá peores registros y llegará a alcanzar los 740 al año. El número de fallecimientos estará en torno a los mil anuales.

Si vemos la evolución general de la población en diez años, con todos sus fenómenos demográficos, Deza y Tabeirós perdió entre 2006 y 2016 un 9,6% de su censo; o lo que es lo mismo, 7.115 vecinos.

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