A Estrada cerró ayer uno de los episodios más negros de su historia más reciente. El suicidio de un conocido matrimonio de la parroquia de Callobre y el asesinato de la madre de ella ensombrecieron desde el pasado domingo el municipio estradense, sumiéndolo en dudas sobre los motivos que pudieron llevar a ese trágico final. Conocidos y no conocidos debaten en estos días teorías sobre los motivos, quizás buscando las razones a algo que no lo tiene. Amelia, Josefina y Manuel se llevaron ayer a la tumba el secreto de lo que pasó en ese domingo lluvioso y ni los problemas nerviosos de la pareja ni las presuntas desavenencias entre madre e hija llenarán jamás ese hueco.

Los vecinos, amigos y familiares de los tres fallecidos deberán vivir a partir de ahora sin el consuelo y la serenidad de la certeza. Ese desconocimiento y la sorpresa por todo lo sucedido marcaron en gran medida el acto de despedida la familia López Iglesias. El entierro, realizado bajo la misma lluvia y oscuridad que ha conquistado en estos días la parroquia estradense de Callobre, fue un punto y final para comenzar a curar heridas a solo unos metros de la casa donde tuvieron lugar el pasado domingo los fatídicos hechos. El triple entierro se celebró en la iglesia donde María José Iglesias y Amelia Otero pasaron horas de devoción. Madre e hija se marchan unidas a Manuel López Carbón. Los tres, a pesar de todo lo sucedido hace tan solo unos días y de la violenta muerte de la nonagenaria a la manos de su yerno, compartieron esquela anunciadora y sala en el tanatorio San Pelayo. Fueron también enterrados juntos en los nichos reservados en el cementerio parroquial para la familia López Iglesias.

Si los vecinos tratan de responder preguntas que nadie puede responder, los encargados de hacer esa labor han dado carpetazo al asunto. Fuentes de la Guardía Civil confirmaron ayer que el caso de Callobre está cerrado, con un asesinato y con un culpable al que no se puede enjuiciar al estar muerto. Los suicidios no forman parte de sus cometidos y menos justificar o explicar los motivos que hicieron saltar la primera chispa de la cadena de acontecimientos dibujada por las pruebas y las autopsias realizadas a los tres familiares.

La propia subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Ana Ortiz, habló ayer sobre el caso ante los medios, que la esperaban para participar en una reunión en Pontevedra con la presidenta de la Diputación, Carmela Silva. Ortiz confirmó que la investigación ha logrado determinar la secuencia de los hechos y en este sentido, explicó que "primero fue la mujer" quien se suicidó ahorcándose en el galpón anexo a la vivienda familiar y que, a raíz de este fallecimiento, su marido "tuvo una respuesta" con su suegra y la mató, disparándole con una escopeta, tras lo cual él mismo se quitó la vida.

La subdelegada desveló que "no había antecedentes" de violencia de género en el domicilio en el que se produjeron los trágicos hechos y reiteró que el caso no se vincula a este fenómeno porque "ella se ahorcó". Ortiz circunscribe esta "desgracia" al ámbito exclusivamente familiar de los tres fallecidos y asegura que la investigación "no tiene mucho más recorrido", toda vez que los dos suicidios y el homicidio están confirmados.

Esos son, posiblemente, los últimos datos oficiales que se conozcan de un caso que deja como gran damnificado a un joven estudiante de solo 27 años que ayer recibía el cariño de todos sus familiares y allegados. Todos ellos reclamaban ayer un poco de tranquilidad tras varias jornadas en la que los medios de comunicación tomaron Callobre en busca de declaraciones e información sobre el caso. Esteban López Iglesias seguía bajo la atenta mirada de los psicólogos que se pusieron a su disposición desde el primer momento. La parroquia estradense confía en que este triple entierro sirva para bajar el telón de un episodio que nadie podía imaginar en una familia "normal", el adjetivo más repetido por todos aquellos que conocían a los tres fallecidos.