| La parroquia estradense de Callobre vivió el pasado domingo uno de sus días más negros. La muerte en circunstancias violentas de tres vecinos de la zona causó un gran revuelo en una parroquia en la que todos se conocen y en especial a dos mujeres, María José Iglesias y Amelia Otero, naturales de Callobre. Tras conocerse el suceso fueron muchos los vecinos que se acercaron hasta el campo tradicionalmente destinado a albergar las fiestas parroquiales. Las muestas de dolor se sucedieron al tiempo que crecían las dudas sobre los sucedido en el interior de la vivienda. Ambulancias, coches de la Guardia Civil y un amplio despliegue de medios de comunicación completaban el macabro retablo de una noche de lluvia e intenso frío que será recordada como una de las más oscuras de la parroquia estradense de Callobre.