La incontable sucesión de casos de ataques de lobo tanto a la cabaña ganadera como incluso a perros de compañía que se están registrando especialmente en los últimos meses en el municipio de A Estrada ha hecho tomar cartas en el asunto al sindicato Unións Agrarias, que hoy mismo cursará una petición a la Xunta para que autorice urgentemente batidas. Es la solución, dice, para atajar un "grave" problema que preocupa no solo a ganaderos sino también a la población en general.

El último de estos ataques que trascendió a la opinión pública ocurrió a primera hora de la mañana del pasado sábado en una finca de Nogueira, en Callobre, donde apareció muerto, sin las vísceras, un ternero recién nacido. Tal y como explicó a FARO su propietario, este es el séptimo ataque del cánido a su ganado. En agosto de 2016 ya había perdido cinco ovejas a las que el can accedió burlando un vallado de obra de más de dos metros de alto, lo que sumado a las incursiones que padece desde hace ocho años arroja un balance de una veintena de animales muertos solo en esta explotación.

La presencia del lobo y de canes salvajes en el rural estradense no es una cuestión puntual. "Está habiendo un repunte y tenemos que hacer algo", señala el técnico de Unións Agrarias Miguel Soto. El sindicato contactará hoy con las cooperativas y con afectados para determinar las zonas en las que este animal está ejerciendo una mayor presión y para contabilizar los ataques producidos últimamente y, en base a ello, formular la petición de batidas a la Xunta. Anticipándose a las probables críticas por parte de colectivos ecologistas contrarios a estas prácticas, Soto argumenta que no se están produciendo incidentes ocasionales sino que "A Estrada, a final de año, siempre está en el ranking de los municipios con más ataques de lobo. Eso es así un año tras otro". "Hay un número muy acusado de ataques y vamos a pedir que tomen cartas en el asunto", insiste Soto.

Críticas al procedimiento

En el momento en que un ganadero denuncia un ataque, técnicos de la Xunta acuden para comprobar su autoría. Si determinan -como ocurre en ocasiones- que no ha sido producido por el lobo, sino por otro tipo de especie canina, el afectado no recibe ningún tipo de indemnización. Procedimiento, este último, con el que no está de acuerdo Soto. "Los veterinarios pueden decir que la mordida no es de lobo, sino de perro salvaje, pero ese no es el debate. Aquí hay un daño que hay que solventarle al ganadero , y si no es el lobo el que lo produce, habrá que sacar del circuito al perro salvaje, o lo que sea".

A Estrada y los límites con Forcarei y Cerdedo están siendo las zonas más castigadas por el lobo. Cabe recordar que a este animal incluso se le atribuyen varias desapariciones y muertes de perros domésticos en los últimos meses. Han trascendido denuncias en las parroquias de Santo André de Vea, Callobre, Barcala, Oca y Frades.

Por su parte, el Sindicato Labrego Galego (SLG) también pide una intervención a fondo de la Xunta para solucionar el problema. De hecho, tiene previsto ponerlo sobre la mesa en el Consello Agrario que se celebrará mañana. "Pedimos medidas más efectivas para atajar la problemática del lobo", defendió ayer la representante del SLG en las comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes, María Fernández. Considera que las ayudas por daños "son insuficientes" y se otorgan "con mucho retraso". Además, señala que los ganaderos quedan indefensos y sin ninguna compensación económica en los casos en los que el lobo no mata al ganado sino que lo hiere. "No se pagan los gastos veterinarios y se quedan heridos la Xunta no los cubre, y tampoco los casos de abortos se ven compensados".

Ataques con mastín

Respecto a la posibilidad de solicitar batidas, Fernández dice entender a los ganaderos que las requieren, "pero hay que considerarlo como algo excepcional" y defiende que la Xunta debe "hacer otro tipo de control" de la población de esta especie. "Los ganaderos no deberían ser las únicas personas perjudicadas por tener que convivir con el lobo cuando, es la sociedad en conjunto la que tiene que hacerse cargo", explica.

En algunos casos, los ganaderos de la zona han optado por incorporar mastines a sus explotaciones, al amparo de las ayudas de la Xunta para favorecer la espantada de los cánidos, "pero se está viendo que el uso del mastín no está siendo suficiente" para evitar los ataques, puesto que se han dado incluso a cabañas con presencia de este can.