La legislación en materia de transporte de pasajeros de la Xunta establece, en términos generales, que los concellos deberán disponer de una licencia de taxi por cada 1.000 habitantes, pero esta ratio se supera con creces en parte de la comunidad autónoma y Deza y Tabeirós no es una excepción. Según el registro oficial de la administración gallega, en las comarcas existen 97 autorizaciones para este tipo de transporte de viajeros, 24 más de las que fija la normativa.
El texto indica que como regla general el número máximo de licencias de taxi por municipio se determina, en los casos de poblaciones de menos de 20.000 residentes, con un permiso por cada millar de vecinos y un mínimo de dos por ayuntamiento. Y en los concellos de primera categoría la norma se limita a un taxi por cada 1.000 ciudadanos. Teniendo en cuenta que el registro corresponde al año pasado y que en 2016 Deza y Tabeirós contaba con algo más de 66.700 residentes, con la legislación en la mano el censo de permisos debería situarse precisamente en un máximo de 67.
La normativa fue aprobada en 2013 y entonces había 96 licencias de taxi; es decir, cinco más que ahora. Si la media provincial está en un vehículo de transporte de viajeros por cada 723 habitantes, en Deza y Tabeirós-Montes la ratio es de 688. En el desglose por municipios hay que indicar que Lalín es con creces el que tiene una mayor oferta en este servicio, con 27 licencias en vigor, cuando por población el censo recomendado por la Xunta sería de exactamente una veintena. La ratio en la capital dezana es de un taxi por cada 742 habitantes. En Silleda son una quincena los permisos cuando la cifra recomendada no debería alcanzar los 10. La ratio es de un taxi por cada 582 empadronados. Vila de Cruces, con menor entidad de población que la localidad trasdezana, suma las mismas licencias. Sus 15 taxis lo colocan como el ayuntamiento con la ratio más alta en este servicio; o lo que es lo mismo, un vehículo por cada 362 vecinos. Solo cuatro en la provincia superan esta proporción: Mondariz-Balneario, Arbo, Moraña y A Cañiza. En el otro extremo; donde la calidad del servicio es más precario para los ciudadanos, pero a la vez donde es más competitivo para los profesionales, es en A Illa de Arousa, Meis, Barro y Catoira. En estos cuatro casos en el censo de la Xunta solo consta una licencia por cada localidad.
En Rodeiro y en Agolada hay seis autorizaciones en cada caso, cuando en función del censo de habitantes de cada municipio el número de profesionales debía ser la mitad. En Dozón, con un taxi en servicio, tampoco se cumplirían las recomendaciones de la ley autonómica, pues en municipios menores se establece un mínimo de dos autorizaciones. En A Estrada, donde por población podrían operar una veintena de profesionales, cuenta con 16. Su ratio es de un permiso por cada 1.305 ciudadanos. Forcarei, con algo más de 3.600 vecinos, totaliza 7 licencias de taxi. Y Cerdedo tiene 6 para 1.781 residentes.
La ley establece que en los concellos de 10.000 habitantes o más la persona titular de la licencia tendrá plena y exclusiva dedicación a la actividad del taxi, algo que también se podría fijar los demás municipios. Los taxímetros son obligatorios salvo en los territorios de menos de 10.000 habitantes que no estén integrados en un área de prestación conjunta, salvo que el concello -que es el que otorga las licencias- así lo determine.
