Los municipios más pequeños son los que suelen tener más problemas para prestar servicios, máxime cuando en las comarcas todos cuentan con un territorio extenso al que resulta muy complicado incluso llevar las prestaciones más básicas. Afrontar las nóminas de los trabajadores municipales es otro hándicap que tienen los concellos y en Galicia hay bastantes casos en los que las plantillas municipales absorven casi la mitad de sus presupuestos. En la provincia, 31 de cada 100 euros de las cuentas se destinan a satisfacer los compromisos con los trabajadores públicos. Este promedio, en Deza y Tabeirós, lo superan todos los ayuntamientos a excepción de Vila de Cruces y Lalín. En el primer caso supone el 27,7% del presupuesto anual -ya con los datos definitivos de la liquidación contable-, mientras que en Lalín la proporción es la más baja de la zona y apenas rebasa el 26% de su presupuesto.
Rodeiro es el concello que más esfuerzo debe hacer para asumir el abono de las nóminas de sus trabajadores, mermando así su capacidad de inversión o la puesta en marcha de nuevos servicios. El 39,7% del montante de su presupuesto debe reservarlo a este concepto. La proporción en Dozón es de casi el 38% de sus cuentas y de algo más del 36%, en Agolada. Para afrontar los compromisos con la plantilla del Concello silledense es preciso el 34,4% de la cuenta y un punto menos en el caso de Cerdedo. En Forcarei son casi 3 de cada diez euros y en A Estrada el plantel municipal supone casi el 33% de su presupuesto municipal.
La liquidación de las cuentas muestra que los nueve concellos de la zona destinaron algo más de 16 millones de euros a pagar a su personal, dentro de un montante de gastos absoluto que alcanzó los 52 millones. Los trabajadores municipales de Rodeiro son los que más cuestan a sus ciudadanos, pues se repercute una media de 371,5 euros por vecino y año. Las nóminas municipales supusieron 1.003.155 euros dentro de un presupuesto de gastos de 2.527.592. Cerdedo es el segundo con la plantilla más costosa (327,5 euros anuales) y un total de casi 600.000 euros en nóminas de una cuenta de 1,8 millones. En Dozón al capítulo 1 se habilitaron 378.271 euros del total de 996.384 del presupuesto de gastos; es decir, 322 euros por ciudadano.
Agolada es el cuarto ayuntamiento en el que a sus habitantes les resulta más "caro" abonar las nóminas de sus trabajadores públicos. Son 316,5 euros anuales; una vez que el gasto fue de 818.157 euros. A continuación aparece Silleda; un concello que años atrás tenía un plantel desproporcionado, y que ahora está en quinta posición, con un coste por habitante de 231 euros. A salarios se destinaron 2.026.952 euros dentro de un conjunto de gastos en sus presupuestos de 5,88 millones. De la mitad hacia abajo de las administraciones locales con un plantel más asequible para sus cuentas está A Estrada, que destinó a este capítulo 4.754.248 euros de sus 14,4 millones de gasto total. Por habitante son 226,1 euros y año. En cifras semejantes se maneja Lalín que, si bien asumir los salarios de sus trabajadores le cuesta menos que a A Estrada, el gasto per capita es más elevado por su menor censo. La proporción es de 225 euros por residente tras liquidar por personal pagos por 4.501.056 y un presupuesto total de gastos de 17,1 millones.
Los dos últimos son Forcarei y Vila de Cruces. En el primer caso el gasto por habitante es de 224,3 euros y el segundo, cae hasta los 206,4. Forcarei habilitó para personal 826.152 euros y la administración local cruceña necesitó algo más de 1,1 millones. Sus cuentas de gastos se situaron en 2,8 y 4,1 millones respectivamente.
