Tres de las 32 cámaras que instalará en Galicia la Dirección General de Tráfico para controlar el uso del móvil y del cinturón (serán 200 en toda España, tal y como anunció el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, dentro del paquete de medidas para mejorar las cifras de siniestralidad vial) estarán ubicadas en el término municipal de Pontevedra.

Se trata de tres dispositivos que ya están instalados desde hace tiempo y que, tras superar un periodo de pruebas, estarían ahora ya listos para ser utilizados en cuanto se dé la orden. No obstante, todavía no hay una fecha concreta para su activación. Las cámaras, que tendrán capacidad para sancionar estas conductas, estarán ubicadas en la Nacional 550, concretamente en el kilómetro 116,8, que se corresponde con la rotonda de Médico Ballina, en donde la DGT tiene ya instalada una cámara de vigilancia y control del Tráfico. La segunda está ubicada en la PO-11, en el punto kilométrico 1,8 que se corresponde con la rotonda que enlaza este vial con la autovía de Marín en Lourizán. La tercera cámara estará en funcionamiento en la Nacional 541, la carretera de Ourense, en el kilómetro 86,6.

A la instalación de estas cámaras se suman otras medidas como la instalación de nuevos radares, tal y como confirmó ayer el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva. Serán un total de 60 nuevos radares fijos en toda España y no trascendió cuál será el número de cinemómetros que se instalará en Galicia y en Pontevedra. No obstante, Villanueva aseguró que los que llegarán a la comunidad están ya "montados pero aún no están funcionando".

La instalación de estos nuevos radares fijos estará acompañada de la "recolocación" de algunos de aquellos que ya estaban instalados en función del análisis de los tramos en los que la elevada siniestralidad esté ligada a las altas velocidades.

Villanueva insistió en que mejorar las cifras de siniestralidad es una "prioridad" para la delegación del Gobierno en Galicia. La seguridad vial es un tema que "nos preocupa especialmente", según afirmó, "tanto por el número de accidentes como el de víctimas que se han producido" dado que la comunidad autonóma cerró 2016 con un total de 107 fallecidos, un 16% más que el ejercicio anterior. Una prioridad que trasladó a la nueva subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Ana María Ortiz, aunque cabe resaltar que esta fue la única provincia gallega en la que el número de víctimas mortales en carretera no solo no aumentó, sino que descendió un 15%, con 27 fallecidos.