Con la llegada del otoño y, sobre todo, después de las matanzas que siguen fieles a la tradición del San Martiño, son muchos los restaurantes dezanos que incorporan el cocido a sus cartas. "Nosotros lo llevamos sirviendo desde octubre, pero desde que empezó el año estamos al cien por cien los fines de semana", comentan desde el restaurante Cabanas. En efecto, es con la llegada del nuevo año, superada la resaca de los banquetes navideños, cuando se dispara el hambre de cocido y los restaurantes colocan sus ollas más grandes sobre los fogones para no retirarlas, en algunos casos, hasta las vísperas estivales. Por eso, como cada 15 de enero desde hace casi dos décadas, Lalín puso en marcha ayer su XIX Mes do Cocido, una campaña que cuenta con 27 establecimientos adheridos -cuatro menos que en 2016- y que se prolongará hasta el 14 de febrero, en cumplimiento de su ya conocido lema: De San Amaro a San Valentín, Mes do Cocido en Lalín.

Entre todos los locales participantes ofertan algo más de 4.000 plazas (4.075), aunque en algunos casos no a diario y en muchos solo con reserva. Los establecimientos de más aforo son Casa Pablo (A Goleta), con medio millar de asientos; Hotel Spa Norat Torre do Deza, en el polígono Lalín 2000, con 400; Restaurante Agarimo (Donramiro), con 360; y Pazo de Bendoiro, con 300. Por lo demás, casi todos superan el medio centenar de plazas. El precio oscila entre los 20 euros de Casa Pablo (A Goleta) o Bar Manolo (Donramiro) y los entre 35 y 45 euros que cobran en La Molinera. En todo caso, la media está en 26 euros.

La suerte fue desigual durante la simbólica primera jornada. Sin embargo, más de la mitad de los establecimientos consultados registraron buena afluencia de comensales de cocido o, al menos, buenas perspectivas en forma de reservas para las próximas semanas. "Tanto sábado como hoy (domingo), bastante bien de gente", comentan desde la taberna O'Cazador, de Catasós. "Muy bien, nosotros ya llevamos tiempo teniendo reservas de cocido", coinciden desde el Hotel Parrillada Villanueva. El Hotel Pontiñas recibió una sola encarga, pero era una excursión con cerca de cien personas. "Fue un día bastante bueno para ser el primero, tanto a través de reservas como de gente que se presentó directamente a comer", abundan desde el restaurante Agarimo. "Muy bien, incluso tuvimos que rechazar mesas porque estábamos a tope", señala uno de los cocineros del Cabanas. Y lo mismo Currás: "Lleno y muy buenas perspectivas".

Fueron excepción los establecimientos adheridos que no tuvieron demanda alguna del pantagruélico plato o que no lo tenían preparado por carecer de encargas. Otros sí despacharon contadas raciones, caso del Pazo de Bendoiro o Pulpería Roque, aunque ambos cuentan con reservas para más adelante, sobre todo para el 19 de febrero, día de la XLIX Feira do Cocido.

Tardanza en las reservas

Además, algunos establecimientos estuvieron cerrados en la jornada de ayer, aunque sí sirvieron el plato típico el sábado y/o lo venían haciendo en semanas anteriores, como apuntaron desde Las Palmeras o Casa do Patrón. En este último establecimiento de Doade, ubicado junto al museo etnográfico del mismo nombre, han notado cierta tardanza en la realización de reservas en comparación con otras ocasiones: "A nosotros nos empiezan a reservar ahora, más tarde que el año pasado". Y no son los únicos, pues en eso coinciden locales con gran tradición de cocido, como el Agarimo o el Cabanas.