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Los dezanos desembolsan de media entre 40 y 60 euros en la Lotería de Navidad

Los décimos están disponibles ya desde el mes de agosto, pero las ventas se disparan en las semanas previas al sorteo -Los números acabados en 5 y en 7 son los más pedidos

Un empleado de la Administración Número 2 de Lalín muestra varios décimos. // Bernabé/Javier Lalín

Quedan menos de dos semanas para que las fiestas navideñas queden inauguradas con uno de sus eventos más tradicionales: el sorteo de la lotería del día 22, también conocido como El Gordo. En realidad, los décimos ya están disponibles desde el pasado mes de agosto, pero es ahora, en las semanas previas al sorteo, cuando se disparan las ventas. Y es que un décimo de Lotería también puede ser un regalo excelente para estas fechas, así como una forma de tentar a la suerte a medias con los amigos o los compañeros de trabajo.

Sin embargo, conforme pasan los días quedan menos opciones para buscar esa lluvia de millones, porque "muchos de nuestros números ya se agotaron semanas atrás", indican desde la administración de Lotería Número 2 de Lalín, ubicada en la Praza da Marina. En este despacho se vendieron números de prácticamente todas las terminaciones -incluso dos diferentes acabados en 5-. "Nuestros clientes aún prefieren escoger ellos el número", señalan, algo que no ocurre, por ejemplo, en el Café de Ramón, en Vila de Cruces, donde "el 90% de los compradores prefieren que sea el azar, a través de la máquina, la que escoja el décimo" dice el dueño del local, Gonzalo Gómez. En el despacho cruceño se demandaron las terminaciones en 5, pero también los números que rematan en 7, "una costumbre que se mantiene desde hace años".

Los números abonados, los que juegan íntegros los despachos de loterías, son los que antes se acaban, por norma. Es lo que ocurrió con el 24.516, que se podía adquirir hasta hace dos semanas en el citado Café de Ramón y que también está disponible en la Administración de Loterías de Silleda, en la Rúa Progreso. Este número se juega en Trasdeza desde hace casi 40 años, y nunca resultó premiado, aunque la suerte le rozó un año, cuando fue gratificado justo el anterior, el 24.515. En este despacho, relatan, también se terminó hace semanas el número que vendían terminado en 7. Sus clientes juegan, de media, unos 60 euros en la lotería de Navidad, una cifra muy similar a la que calculan desde el Número 1 de Lalín, en la calle Principal. "Se apuesta más en la de Navidad que en la de Reyes porque existe más tradición", apuntan, desde el local lalinense. Tradición aparte, también hay más gasto porque hay mucho más margen de tiempo para adquirir décimos y participaciones que en la del Niño. En esta administración lalinense cada cliente se deja entre 40 y 60 euros, y sus preferencias son los números que terminan en una cifra impar. "Vendemos muchos décimos de los números a los que estamos abonados", como el 29.876, el 20.151 y el 42.175. El año pasado este despacho repartió varias pedreas, mientras que el número 2 resultó agraciado con un quinto premio, correspondiente al número 943, del que se vendieron un par de décimos, gratificados cada uno con unos 6.000 euros. Y es que, en líneas generales, los números bajos siguen sin tener una gran aceptación entre el público dezano, igual que pasa en el resto del país y a pesar de que, como dice el refrán "todos van al bombo". Por eso, en contra de lo que podría pensarse, los números acabados en 13 también tienen su público.

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