Una de las principales consecuencias de la expedición de alcaldes gallegos a Cuba en el 92 fue la puesta en libertad de Camilo Carral Pérez, nacido en Cuba en 1947 e hijo de lalinenses. Carral, que había trabajo hasta 1989 en el Ministerio del Interior de Cuba, fue encarcelado en junio de 1992 acusado de intento de salida ilegal del país en una embarcación. Sus familiares mantuvieron una reunión con José Crespo al regreso de su periplo cubano con el fin de que se interesase por su situación aprovechando la visita del dictador caribeño a Galicia ese verano. Crespo puso el asunto en manos de Manuel Fraga, que finalmente consiguió un final feliz para Camilo Carral. El hijo de emigrantes dezanos llegó al aeropuerto de Labacolla en marzo de 1994 con la intención de reunir a su familia en la cabecera comarcal dezana. A su llegada a Lalín reconoció que habían sido decisivas las intervenciones de Fraga y Crespo para poder salir del país. Crespo recibió más peticiones de expresos cubanos para gestionar más liberaciones.