Que Deza y, en especial, Vila de Cruces, tiene mucha relevancia a la hora de hablar de aguas con propiedades medicinales no se le escapa a nadie. Por eso, el turismo termal era una de las piezas que quería explotar la asociación de turismo Ouro Verde. En su página web, que lleva ya varios meses sin actualizar, este colectivo ofertaba varios paquetes turísticos, y uno de ellos se denominaba "paquete bienestar". Por 92 euros, incluía dos noches de fin de semana en un hotel o casa rural de la comarca, con un circuito termal y masaje relajante para, ya en la jornada dominical, disfrutar de un paseo por la Fervenza do Toxa, el monasterio de Carboeiro y la Fraga de Catasós, en Lalín. Junto a ésta se proponían otras seis alternativas en virtud de lo que estuviese buscando el cliente: etnografía, religión y gastronomía, turismo activo, micología o senderismo, otras de las actividades que también suponen un reclamo para todo el que quiera acercarse por estas tierras.