Manuel Peiteado podría invitar a media parroquia de Arnois a almorzar crema de calabacín. Y es que la talla de los frutos que ha proporcionado su huerta da para preparar varias ollas de este plato. Si el año pasado este vecino se había visto sorprendido por el tamaño de sus calabacines, que cultivaba por vez primera, en esta ocasión la naturaleza ha vuelto a impresionarle.
Al ir a recoger la cosecha, este estradense, vecino del lugar de A Granxa, se ha encontrado con calabacines que se aproximan a los nueve kilos de peso. Uno de ellos arroja una talla de 66 centímetros y 8,,600 kilogramos. Nada menos.
Asegura Peiteado que no hace nada especial para obtener estas hortalizas de tamaño XXL. Explica que empleó las semillas que le dieron buenos resultados el año pasado, las mismas que le había proporcionado su hija y que procedían del vecino municipio de Silleda. Abono con estiércol de oveja y agua fue lo único que añadió para cuidar lo sembrado.
El secreto podría estar también en la propia tierra, ya que los calabacines gigantes recolectados esta temporada se encuentran en el mismo sitio donde brotaron también ejemplares grandiosos en la campaña anterior. Estos hermosos trofeos de huerta se expondrán durante unos días en el bar Bodedos. Después, llegará el momento de convertirlos en crema, idéntico y sabroso destino que sus grandes antecesores.
